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viernes, 13 de abril de 2012

Palabras de un reloj


Palabras de un reloj
Trabajo más que cualquier mortal,
 pero más fácilmente
 porque lo hago segundo a segundo.
Tengo que hacer miles de tic-tacs,
 para formar un día,
 pero dispongo de un segundo 
para hacer cada uno de ellos. 
No los quiero hacer todos a la vez.



Nunca me preocupo de lo que hice ayer,
 ni de lo que tendré que hacer mañana. 
Mi ocupación es de hoy… ¡aquí y ahora!



Sé que si hago lo de hoy bien, 
no tendré que molestarme por el pasado
 ni preocuparme por el futuro.


Tú, que eres persona, si quieres vivir tranquilo
 y tan feliz como yo,
 no trates de vivir toda tu vida, 
ni echarte todo el peso de tu trabajo 
en un solo día. 
¡Vive ahora!

Haz el trabajo de cada día en su día.
 Te convencerás de que si se toma tiempo,
 siempre hay tiempo para todo.






Hay un modo difícil de hacer 
el trabajo que tiene que hacerse.
Si quieres encontrar el modo fácil… 
¡mírame a mí! 
Nunca me preocupo, nunca me apresuro… 
¡pero nunca me retraso! 
Lo que tengo que hacer… ¡lo hago!… 
¡Ese es el secreto!


Relato Anónimo.
Confeccionado por Franja
.Cada cosa a su tiempo
y un tiempo para cada cosa.

Tiempo de ser feliz. 
¡No lo desperdicies!


Y para terminar un cuento muy simpático,
que viene como anillo al dedo.
Tiempo incluso para que las gallinas
 pongan huevos.
y...
¡Cada cosa a su tiempo!
Un
Cuento
Lo mejor en esta vida es tener paciencia... 
si lo que quieres no ha llegado este año, 
¡Seguro que lo hará el que viene!
En un olvidado pueblo del Tíbet vivía una viejecita 
a la que le gustaba cenar huevos. 
Todos los días recorría un largo camino
 para ir al mercado más cercano a por el preciado manjar.
 Pero como era muy vieja,
 cada vez le costaba más el viaje,
 así es que ahorró y se compró una gallina.
(las gallinas son casi iguales en todas partes del mundo)
Nunca había comprendido muy bien a este plumífero animal 
porque era muy ignorante, y se sorprendió un poco.
 Pronto comenzó la gallina a poner un huevo diario. 
La viejecita estaba tan contenta que decidió 
invitar a sus amigos a cenar en Nochevieja. 
Esa mañana fue al corral: la gallina había puesto su huevo de costumbre, 
pero como la vieja necesitaba tres más, 
le pidió a la gallina que los pusiera en ese momento.
(su gallina no era la de los huevos de oro)
Pero el animal, que nada entendía, 
siguió a lo suyo hasta que la vieja la agarró por el gaznate
 y la rajó en canal. 
Pero ningún huevo encontró y la gallina murió desangrada. 
Sus invitados se extrañaron al ver gallina en pepitoria 
en su plato y no huevos. 
Y la vieja no tuvo más remedio que contarles 
la desgracia que le había ocurrido. 
Todos se rieron de su ignorancia y le aconsejaron 
que más le valía hacer 
algún curso de cultura general a distancia.
Esta vieja perdió todo por no tener paciencia 
ni conocimientos elementales y se puso muy triste.
(mercado en el Tibet)
 Pero luego pensó: nunca es tarde para empezar.
Y debió montar hasta una granja de gallinas.
(aún tuvo tiempo de tener más gallinas.,)
¿Os ha gustado? 
Que ahora te dispongas a pasarlo a tus amigos. 
Les puede servir. 
Franja.

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