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lunes, 27 de octubre de 2014

Las almas del purgatorio olvidadas.

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

Las almas del purgatorio olvidadas.


San Alfonso María Ligorio decía que, aunque las santas Almas no pueden ya lograr méritos para sí mismas, pueden obtener para nosotros grandes gracias. No son, formalmente hablando, intercesores, como lo son los Santos, pero a través de la dulce Providencia de Dios, pueden obtener para nosotros asombrosos favores y librarnos de los demonios, enfermedades y peligros de toda clase.

Está más allá de toda duda, como ya hemos dicho, que nos devuelven miles de veces cada cosa que hagamos por ellos.

Los siguientes hechos, unos pocos de todos los que podríamos mencionar, son suficientes para mostrar cuán poderosas y generosas amigas son estas Almas.


El fuego del purgatorio es una muestra del fuego de amor misericordioso del Señor que tiene  por todos nosotros y que lo irradia desde su cruz, donde estuvo clavado y muerto por nuestros pecados. Es de fe que nadie puede entrar en el cielo, si no es antes debidamente purificado por las llamas del amor intensísimo de Dios nuestro Padre, a través de la entrega de su Hijo por nosotros en la cruz.

Hoy entretuve un poco de mi tiempo, hojeando un librito que trata de la devoción a las ALMAS DEL PURGATORIO. Leí un testimonio que me llamó la atención -hay testimonios maravillosos- y que yo quiero contároslo. Dice así:

CÓMO UNA NIÑA ENCONTRO A SU MADRE: 


Una pobre niña sirvienta en Francia llamada Jeanne Marie escuchó una vez un sermón sobre las Santas Almas, el cual dejó una impresión indeleble en su mente. Fue profundamente movida por el pensamiento del intenso e incesante sufrimiento que soportaban las pobres Almas, y se horrorizaba al ver cuán cruelmente eran olvidadas y dejadas de lado por sus amigos de la Tierra.

Otra cosa que la impresionó profundamente es oír que hay muchas almas que están tan cerca de su liberación, que una sola Misa sería suficiente para ellas; pero que son retenidas largo tiempo, hasta años, sólo porque este último y necesario sufragio fue olvidado o negado!

Con una fé simple, Jeanne Marie resolvió que, costara lo que costara, ella tendría una Misa por las Pobres Almas cada mes, especialmente por las más cercanas al Cielo.
Ella ahorraba un poquito, y a veces con dificultad, pero nunca falló en su promesa.

En una ocasión fue a París con su patrona, y la niña cayó enferma. por lo cual se vio obligada a ir al Hospital. Desafortunadamente, la enfermedad resultó ser de largo tratamiento, y su patrona tuvo que regresar a casa, deseando que su mucama -sirvienta, en algunos lugares- pronto se reuniera con ella. Cuando al final la pobre sirvienta pudo dejar el hospital, y allí había dejado todos sus ahorros, de manera que sólo le quedaba en la mano un franco.

Qué hizo? A dónde ir? De repente, un pensamiento cruzó su mente y se acordó que no había ofrecido ese mes una Misa en favor de las Pobres Almas. Pero tenía sólo un franco! Apenas le alcanzaría para comer. Como tenía confianza que las Almas del Purgatorio le ayudarían, fue hasta una Iglesia y pidió hablar con un sacerdote, para que ofrezca una Misa, en favor de las Almas del Purgatorio. El aceptó, aunque jamás imaginó que la modesta suma que la niña ofreció era el único dinero que la pobre niña poseía. Al terminar el Santo Sacrificio, nuestra heroína dejó la Iglesia. Una cierta tristeza nubló su rostro, y se sintió totalmente perpleja.

Un joven caballero, tocado por su evidente decepción, le preguntó si tenía algún problema y si podía ayudarla. Ella le contó su historia brevemente, y finalizó diciendo cuanto deseaba trabajar.
De alguna manera se sintió consolada por la forma en que el joven la escuchaba, y recobró la confianza.
"Será un placer ayudarte" dijo." Conozco una dama que en este momento está buscando una sirvienta. Ven conmigo". Y dicho esto le guió hasta una casa no muy lejos de allí y le pidió que ella tocara el timbre, asegurándole que encontraría trabajo.

En respuesta al toque de timbre, la dama de la casa abrió ella misma la puerta y preguntó a Jeanne Marie que quería.
-"Madam" dijo ella, "Me dijeron que usted está buscando una mucama. No tengo trabajo y me agradaría tener el puesto".
La dama estaba perpleja y replicó:
-"Quién pudo haberte dicho que necesitaba una mucama? Hace sólo un par de minutos que acabo de despedir a la que tenía, acaso te has encontrado con ella?"
-"No, Madam. La persona que me informó que usted necesitaba una mucama fue un joven caballero".
"-Imposible!, exclamó la señora, "Ningún joven, de hecho nadie, pudo haberse enterado de que necesitaba una muchama".
-"Pero madam", dijo la niña, apuntando un cuadro en la pared" ése es el hombre que me lo dijo".
-"No, mi niña, ese es mi único hijo, que ha muerto hace ya más de un año!
-"Muerto o no" aseguró la niña," el fue el que me trajo hasta aquí, y aún me guió hasta la puerta. Vea la cicatriz en la frente. Lo reconocería donde fuera". Luego, le contó toda la historia, con su último franco, y de cómo ella conseguía mandar celebrar Misas por las Santas Almas, especialmente por las mas cercanas al Cielo.
Convencida al final de la veracidad de la historia de Jeanne Marie, la dama la recibió con los brazos abiertos.
- "Ven, pero no como mi siriventa, sino como mi querida hija. Tu has enviado a mi queridisimo hijo al Cielo. No tengo duda que él fue el que te trajo a mí".

¿Verdad que te ha gustado?



La Santa Misa es el centro de la vida cristiana y la mejor ayuda a las Almas del Purgatorio.

Estos días estoy leyendo un libro sobre las almas del Purgatorio, que me hace recordar lo que ya se...

Que tenemos olvidados a nuestros difuntos, a los que nosotros hemos decidido por nuestra cuenta meter ya en el cielo, como si fuésemos Dios, y ya no hacemos más por ellos, las más de las veces por comodidad.
De ahora en adelante, yo voy a intensificar mi oración por ellas y seguir ofreciendo misas todos los meses, para que pronto puedan gozar de la gloria de Dios.
Solo así estaré seguro  de que a su tiempo, cuando el Señor me llame, podré tener la seguridad de que alguien se preocupará de mi, y me ayudarán, si lo necesitase.

Manos que no dais...¿qué esperáis'
Franja.
¿Vosotros no lo creéis así?

Ahí tenéis un libro un poco ilustrativo:



¿Se imagina si pudiera ver almas del Purgatorio pidiéndole oración? Pues esto ocurre en “Entre el Cielo y la Tierra”, el último libro publicado de la escritora española María Vallejo-Nágera, publicado bajo el sello editorial Planeta.

Desde su prólogo hasta las últimas páginas este libro nos lleva a recorrer un mundo repleto de dolor, tristeza y llanto, un lugar oculto al ojo humano, pero que, según la doctrina de la Iglesia católica,
existe en algún lugar entre el cielo y la tierra:  el Purgatorio.

Confeccionó Franja

Reeditado en 2014

Si quieres leer más...

https://www.aciprensa.com/difuntos/difuntos5.htm

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