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sábado, 9 de marzo de 2013

Cuaresma. 9 de marzo, sábado

Santa Maria de Baiona diócesis tuy- vigo blogspot.com
Cuaresma. 9 de marzo, sábado



Texto del P. José Pedro Manglano Castellary
REFLEXIÓN PARA CADA DÍA 
DE LA CUARESMA 2012
Jesús con la cruz. El Greco.
UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DE LA CUARESMA 2013
Se trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la   "oración inicial para cada día"; después, leyendo con atención el "texto de cada día", charlas con Dios y con María; por último, terminar rezando la "oración final".
Dos ideas previas:
1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está.
2. LO QUE NO ESTÁ ESCRITO: ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con Él.
ORACIÓN INICIAL  PARA CADA DÍA
Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.
PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio.
AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡ Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?  
Dile a la Virgen que te gustaría vivir la Cuaresma como Ella quiere que lo hagas. Y pídele que te recuerde y te ayude a hacer con cariño este rato de oración estos 40 días. Le darás una alegría a Jesús. Se lo merece. Ahora es el momento importante, en el que tú hablas a Dios con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Cuando lo hayas hecho termina con la oración final arriba indicada que la puedes rezar escuchándola.
ORACIÓN FINAL
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en la Cruz y escarnecido.
Muéveme ver tu cuerpo tan herido
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Atribuido a:
San Juan de la Cruz, santa Teresa,
 el P. Torres, capuchino, y el P. Antonio Panes, franciscano
enlace para escuchar el canto de 

Ximena Gray - No me mueve, Señor


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