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jueves, 21 de marzo de 2013

LAS PIEDRECITAS AZULES

Blog católico de Javier Olivares -baionés jubilado-Baiona

Un cuento hermoso

Lo he recibido  en un correo
 y te lo transmito, porque te agradará 
si tienes el alma fina


LAS PIEDRECITAS AZULES

Había dos piedrecitas que vivían en medio de otras en el lecho de un torrente. Se distinguían entre todas porque eran de un intenso color azul. Cuando les llegaba el sol, brillaban como dos pedacitos de cielo caídos al agua. Ellas conversaban en lo que serían cuando alguien las descubriera: "Acabaremos en la corona de una reina" se decían.

Un día, por fin fueron recogidas por una mano humana. Varios días estuvieron sofocándose en diversas cajas, hasta que alguien las tomó y oprimió contra una pared, igual que otras, introduciéndolas en un lecho de cemento húmedo.

Lloraron, suplicaron, insultaron, amenazaron, pero dos golpes de martillo las hundieron todavía más en aquel cemento.

A partir de entonces solo pensaban en huir. Trabaron amistad con un hilo de agua que de cuando en cuando corría por encima de ellas y le decían: - "Fíltrate por debajo de nosotras y arráncanos de esta maldita pared". Así lo hizo el hilo de agua y al cabo de unos meses las piedrecitas ya bailaban un poco en su lecho.

Finalmente en una noche húmeda las dos piedrecitas cayeron al suelo y yaciendo por tierra echaron una mirada a lo que había sido su prisión. La luz de la luna iluminaba un espléndido mosaico. Miles de piedrecitas de oro y de colores formaban la figura de Cristo. Pero en el rostro del Señor había algo raro, estaba ciego. Sus ojos carecían del iris. Las dos piedrecitas comprendieron. Eran ellas los ojos de Cristo. Por la mañana un sacristán distraído tropezó con algo extraño en el suelo. En la penumbra pasó la escoba y las echó al cubo de basura.

Cristo tiene un plan maravilloso para cada uno de nosotros, y a veces no lo entendemos y por hacer nuestra propia voluntad malogramos lo que él había trazado. Tú eres los ojos de Cristo. Él te necesita para mirar con amor a cada persona que se acerca a tu vida.


Tú también eres parte del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.

Si te ha removido un poco, quiere decir que puedes ir por buen camino. Déjate colocar en el lugar que el Señor quiere para ti y no pienses, que si te dejas moldear y acomodar por Él,  estarás fuera de lugar. Te aseguro que desde allí darás mucha gloria a Dios. Y eso es lo que vale la pena. Y el cuadro o mosaico en donde estemos colocados será maravilloso.
Franja.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Preciosa reflexión! Dios nos ha creado para una finalidad a cada uno de nosotros y a veces no valoramos o no nos damos cuenta del camino qué Dios nos marca, ni apreciamos el don que Dios nos ha regalado. Ojalá sepamos aprender a escuchar al Señor para poder responderle de forma activa, para ello el mayor refugio: la oración.
Una maravilla de blog! GRACIAS!

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