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lunes, 30 de junio de 2014

Mes del Sagrado Corazón de Jesús, día 30

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona


Meditación del Papa San Juan Pablo II 
sobre las Letanías del Sagrado Corazón

30 -CORAZÓN DE JESÚS
 ESPERANZA DE LOS QUE EN TI MUEREN, 
TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.

Amadísimos hermanos y hermanos:

1.La reciente conmemoración de todos los fíeles difuntos nos invita hoy a contemplar, bojo una luz de fe y de esperanza, la muerte del cristiano, para la que las letanías del Sagrado Corazón -objeto de nuestras reflexiones en anteriores encuentros dominicales -nos ponen en los labios la invocación: "Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren, ten piedad de nosotros".
La muerte forma parte de la condición humana: es el momento terminal de la fase histórica de la vida. En la concepción cristiano, la muerte es un paso: de la luz creada a la luz increada, de la vida temporal a la vida eterna.



Ahora bien, si el Corazón de Cristo es la fuente de la que el cristiano recibe luz y energía para vivir como hijo de Dios, ¿a qué otra fuente se dirigid para sacar la fuerza necesaria para morir de modo coherente con su fe? Como "vive en Cristo", así no puede menos de "morir en Cristo".
La invocación de las letanías recoge la experiencia cristiana ante el acontecimiento de la muerte: el Corazón de Cristo, su amor y su misericordia, son esperanza y seguridad para quien muere en EL.

2.Pero conviene que nos detengamos un momento a preguntamos: ¿Qué significa "morir en Cristo"? Significa ante todo, amadísimos hermanos y hermanas, leer el evento desgarrador y misterioso de la muerte a la luz de la enseñanza del Hijo de Dios y verlo, por ello, como el momento de la partida hacia la casa del Padre, donde Jesús, pasando también El a través de la muerte, ha ido a preparamos un lugar (Jn 14,2); es decir significa creer que, a pesar de la destrucción de nuestro cuerpo, la muerte es premisa de vida y de fruto abundante ( Jn 12,24).
"Morir en Cristo" significa, además, confiar en Cristo y abandonarse totalmente a El, poniendo en sus manos - de hermano, de amigo, de buen Pastor - el propio destino, así como El, muriendo, puso su espíritu en las manos del Padre (L.c. 23,46). Significa cerrar los ojos a la luz de este mundo en la paz, en la amistad, en la comunión con Jesús, porque nada, "ni la muerte ni la vida... podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rm 8,38-39). En aquella hora suprema, el cristiano sabe que, aunque el corazón le reproche algunas culpas, el Corazón de Cristo es más grande que el suyo y puede borrar toda su deuda si él está arrepentido (1 Jn 3,20).

3."Morir en Cristo" significa también, queridos hermanos y hermanas, fortificarse para aquel momento decisivo con los "signos santos" del "paso pascual": el sacramento de la Penitencia, que nos reconcilia con el Padre y con todas las criaturas; el santo Viático, Pan de vida y medicina de inmortalidad; y la Unción de los enfermos, que da vigor al cuerpo y al espíritu para el combate supremo.
"Morir en Cristo" significa finalmente, "morir como Cristo": orando y perdonando, teniendo junto a si a la bienaventurada Virgen. Como madre, Ella estuvo junto a la cruz de su Hijo (Jn 19,25); como madre está al lado de sus hijos moribundos, Ella que, con el sacrificio de su corazón, cooperó a engendrarlos a la vida de la gracia (Lumen Gentium, 53); está al lado de ellos, presencia. compasivo y materno, para que del sufrimiento de la muerte nazcan a la vida de la gloria.



 -CORAZÓN DE JESÚS, DELICIA DE TODOS LOS SANTOS,
 TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.


Amadísimos hermanos y hermanos:

1.La Iglesia se alegra hoy por la glorificación de dos de sus hijos: Inés de Bohemia y Alberto Chmielowski.
Estos dos santos se van a añadir a aquella "muchedumbre inmensa" que la liturgia nos ha invitado a contemplar en la reciente solemnidad de Todos los Santos. Ante un espectáculo tan exultante sube espontáneamente a los labios la invocación de las letanías: "Corazón de Jesús, gozo de todos los santos, ten piedad de nosotros".

De la esperanza al cumplimiento, del deseo a la realización, de la tierra al cielo: este parece ser, amadísimos hermanos y hermanas, el ritmo según el cual suceden las tres últimas invocaciones de las letanías del Sagrado Corazón. Tras las invocaciones "salvación de los que en ti esperan" y "esperanza de los que en ti mueren" las letanías concluyen dirigiéndose al Corazón de Jesús como "gozo de todos los santos". Es ya visión del paraíso: es anotación veloz acerca de la vida del cielo: es palabra breve que abre horizontes infinitos de bienaventuranza eterna.

2. Sobre esta tierra el discípulo de Jesús vive en la espera de alcanzar a su Maestro, en el deseo de contemplar su rostro, en la aspiración ardiente de vivir siempre con él. En el cielo, en cambio, cumplida la espera, el discípulo Ya ha entrado en el gozo de su Señor (Mt 25,21.23); contempla el rostro de su Maestro, ya no transfigurado durante un solo instante(Mt 17,2; Mc 9,2; Lc 9,28), sino resplandeciente para siempre con el fulgor de la eterna luz ( Hb 1,3); vive con Jesús y de la misma vida de Jesús. La vida del cielo no es más que la fruición perfecta, indefectible e intensa, del amor de Dios - Padre, Hijo y Espíritu Santo - y no es más que la revelación total del ser íntimo de Cristo, y la comunicación plena de la vida y del amor que brotan de su Corazón. En el cielo los bienaventurados ven satisfecho todo deseo, cumplida toda profecía, aplacada toda sed de felicidad, y colmada toda aspiración.


3.Por eso el Corazón de Cristo es la fuente de la vida de amor de los saritos. en Cristo y por medio de Cristo los bienaventurados del cielo son amados por el Padre, que los une a Si con el vínculo del Espíritu, divino Amor: en Cristo y por medio de Cristo, ellos aman al Padre y a los hombres, sus hermanos, con el amor del Espíritu.

El Corazón de Cristo es el espacio vital de los bienaventurados: el lugar donde ellos permanecen en el amor (Jn 15,9), sacando de él gozo perenne y sin límite. La sed infinita de amor, misteriosa sed que Dios ha puesto en el Corazón divino de Cristo.
Allí se manifiesta en plenitud el amor del Redentor hacia los hombres, necesitados de salvación; del Maestro hacia los discípulos, sedientos de verdad; del Amigo que anula las distancias y eleva a los siervos a la condición de amigos, para siempre, en todo. El intenso deseo, que Sobre la tierra se manifestaba en la súplica "Ven, Señor Jesús" (Ap 22,20), ahora, en el cielo, se transforma en visión cara a cara, en posesión tranquila, en fusión de vida: de Cristo en los bienaventurados y de los bienaventurados en Cristo.

Elevando hacia ellos la mirada del alma y contemplándolos en tomo a Cristo juntamente con su Reina, la Virgen Santísima, nosotros repetirnos hoy, con firme esperanza, la alegre invocación: "¡Corazón de Jesús, gozo de todos los santos, ten piedad de nosotros!".


sábado, 28 de junio de 2014

Mes del Sagrado Corazón, día 29

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona



Meditación del Papa San Juan Pablo II 
sobre las Letanías del Sagrado Corazón

29 -CORAZÓN DE JESÚS 
SALVACIÓN DE LOS QUE EN TI ESPERAN, 
TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.

Amadísimos hermanos y hermanas!

1.A esta hora del Ángelus detengámonos durante algunos instantes para reflexionar sobre esa invocación de las letanías del Sagrado Corazón que dice: "Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, ten piedad de nosotros".
En la Sagrada Escritura aparece constantemente la afirmación según la cual el Señor es "un Dios que salva" (Ex 15,2; Sal 51,16; 79,9; Is 46,13) y la salvación es un don gratuito de su amor y de su misericordia. El Apóstol Pablo, en un texto de alto valor doctrinal, afirma incisivamente: Dios "quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad" (1 Tm 2,4;4,10).
Esta voluntad salvífica, que se ha manifestado en tantas intervenciones admirables de Dios en la historia, ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret, Verbo Encarnado, Hijo de Dios e Hijo de María, pues en El se ha cumplido con plenitud la palabra dirigida por el Señor a su "Siervo". "Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra" (Is 49,6; Lc. 2,32).

2.Jesús es la epifanía del amor salvífico del Padre (Tt 2,11; 3,4). Cuando Simeón tomó en sus brazos al niño Jesús, exclamó: "han visto mis ojos tu salvación" (Mc 2,30).
En efecto, en Jesús todo está en función de su mis¡ón de Salvador: el nombre que lleva ("Jesús" significa "Dios salva", las palabras que pronuncia, las acciones que realiza y los sacramentos que instituye.

Jesús es plenamente consciente de la misión que el Padre le ha confiado: "el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido" (Lc. 19 ,10). De su corazón, es decir, del núcleo más intimo de su ser, brota ese celo por la salvación del hombre que lo impulsa a subir, como manso cordero, al monte del Calvario, a extender sus brazos en la cruz y a dar su vida como rescate por muchos" (Mc 10,45).
En el Corazón de Cristo podernos, por tanto, colocar nuestra esperanza. Ese Corazón dice la invocación es salvación "para los que esperan en El". El Señor mismo que, la víspera de su pasión, pidió a los Apóstoles que tuvieran confianza en El - "No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mi"(Jn 14,1) - hoy nos pide a nosotros que confiemos plenamente en EL: nos lo pide porque nos ama; porque, para nuestra salvación, tiene su Corazón traspasado y sus pies y manos perforados. Quien confía en Cristo y cree en el poder de su amor renueva en sí la experiencia de María Magdalena, como nos la presento la liturgia pascual: "Cristo, esperanza mía, ha resucitado" (Domingo de Pascua, Secuencia).
¡Refugiémonos, por consiguiente, en el Corazón de Cristo! El nos ofrece una Palabra que no pasa (Mt 24,25), un amor que no desfallece, una amistad que no se resquebraja.. una presencia que no cesa (Mt 28,20)!
Que la Bienaventurada Virgen, que acogió en su corazón inmaculado al Verbo de Dios y mereció concebirlo en su seno virginal" (Prefacio de la Misa votiva de la Bienaventurada Virgen Moría, Madre de la Iglesia) nos enseñe a poner en el corazón de su Hijo nuestra total esperanza, con la certeza de que ésta no quedará defraudada.





Mes del Sagrado Corazón de Jesús, día 28

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

Meditación del Papa San Juan Pablo II 
sobre las Letanías del Sagrado Corazón

Día 28 -
CORAZÓN DE JESÚS VICTIMA DE LOS PECADORES 
TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.


"Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, 
ten piedad de nosotros"

1. Muy queridos hermanos y hermanas: Esta invocación de las letanías del Sagrado Corazón nos recuerda que Jesús, según la palabra del Apóstol Pablo, "fue entregado por nuestros pecados" (Rm 4,25); pues, aunque El no había cometido pecado, "Dios le hizo pecado por nosotros" (2 Co 5,21). Sobre el Corazón de Cristo gravo, enorme, el peso del pecado del mundo.

En El se cumplió de modo perfecto la figura del "cordero pascual", víctima ofrecida a Dios para que en el signo de su sangre fuesen librados de la muerte los primogénitos de los hebreos (Ex 12,21-27). Por tanto, justamente Juan Bautista reconoció en El al verdadero "cordero de Dios" (Jn 1,29): cordero inocente, que habla tomado sobre sí el pecado del mundo para sumergirlo en las aguas saludables del Jordán (Mt 3,13-16 y paralelos); cordero manso, "al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda" (Is 53,7), para que por su divino silencio quedase confundida la palabra soberbia de los hombres inicuos.

Jesús es víctima voluntaria, porque se ofreció libremente a su pasión (Misal Romano, Plegaria eucarística II, como víctima de expiación por los pecados de los hombres (Lv 1,4; Hb 10,5-10) que consumió en el fuego de su amor.

2.Jesús es víctima eterna. Resucitado de la muerte y glorificado a la derecha del Padre, el conserva en su cuerpo inmortal las señales de las llagas de las manos y de los pies taladrados, del costado traspasado (Jn 20,27; L.c. 24,39-40) y los presenta al Padre en su incesante plegaria de intercesión a favor nuestro (Hb 7,25; 8,34).

La admirable Secuencia de la Misa de Pascua, recordando este dato de nuestra fe, exhorta:

"A la víctima pascual elevemos hoy el sacrificio de alabanza. El cordero ha redimido a su grey. El inocente nos ha reconciliado a nosotros pecadores con el Padre" (Secuencia Victimae Paschali, estrofa l).
Y el prefacio de esa misma solemnidad proclama: Cristo es "el verdadero cordero que quitó el pecado del mundo, muriendo destruyó nuestra muerte, y resucitando restauró la vida".

3.Hermanos y hermanas: En esta hora de la plegaria mariana hemos contemplado el Corazón de Jesús víctima de nuestros pecados; pero antes que todos y más profundamente que todos lo contempló su Madre dolorosa,, de la que la liturgia canta: "Por los pecados de su pueblo Ella vio a Jesús en los tormentos del duro suplicio" (Secuencia Stabat Mater, estrofa 7).

En la proximidad de la memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María Dolorosa, recordemos esta presencia intrépida e intercesora de la Virgen bajo la cruz del Calvario, y pensemos con inmensa gratitud que, en aquel momento, Cristo, que estaba para morir, víctima de los pecados del mundo, nos la confió como Madre: "Ahí tienes a tu madre" (Jn 19,27).

Confiemos a María nuestra plegaria, mientras decimos a su Hijo Jesús: Corazón de Jesús, víctima de nuestros pecados, acoge nuestra alabanza, la gratitud perenne, el arrepentimiento sincero. Ten piedad de nosotros hoy y siempre. Amén.




viernes, 27 de junio de 2014

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


          El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz. Santa Margarita  escuchó a Nuestro Señor decir: 

"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor." 

Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón. La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía.

                      La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se debe a santa Margarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció con estas palabras:

 "Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio."

MONUMENTO 
EN EL CENTRO GEOGRÁFICO DE ESPAÑA
 AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Primer Monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el 
Cerro de los Ángeles

95 ANIVERSARIO DE LA
CONSAGRACIÓN DE ESPAÑA,
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESUS,
POR SU MAJESTAD EL REI
 D. ALFONSO XIII


HOY, SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN,


EN ESTE AÑO DEL ( 2014), PODEMOS HACERNOS LA SIGUIENTE PREGUNTA: ¿HEMOS CRECIDO EN AMOR AL CORAZÓN MISERICORDIOSO DE CRISTO, O POR EL CONTRARIO NOS HEMOS ENFRIADO EN EL AMOR?

Me pregunto qué estamos haciendo los sacerdotes y los fieles, para desagravio de tanto desamor a Jesucristo.  Hoy debe ser un día de meditación, para decirle al Señor, que va a contar  con nuestro esfuerzo  y con nuestra manifestación de amor, en obras y palabras, para que el mundo vuelva a Dios. 
Franja.


Fernández Carbajal
 dice en la meditación de hoy, en HABLAR CON DIOS:
"El meditar hoy en el amor que Cristo nos tiene, nos impulsará a agradecer mucho tanto don, tanta misericordia inmerecida. Y al contemplar cómo muchos viven de espaldas a Dios, al comprobar que muchas veces no somos del todo fieles, que son muchas las flaquezas personales, iremos a su Corazón amantísimo y allí encontraremos la paz. Muchas veces tendremos que recurrir a su amor misericordioso buscando esa paz, que es fruto del Espíritu Santo: Cor Iesu sacratissimum et misericors, dona nobis pacem, Corazón sacratísimo y misericordioso de Jesús, danos la paz.

Y al ver a Jesús tan cercano a nuestras inquietudes, a nuestros problemas, a nuestros ideales, le decimos: «¡Gracias, Jesús mío!, porque has querido hacerte perfecto Hombre, con un Corazón amante y amabilísimo, que ama hasta la muerte y sufre; que se llena de gozo y de dolor; que se entusiasma con los caminos de los hombres, y nos muestra el que lleva al Cielo; que se sujeta heroicamente al deber, y se conduce por la misericordia; que vela por los pobres y por los ricos, que cuida de los pecadores y de los justos...
»-¡Gracias, Jesús mío, y danos un corazón a la medida del Tuyo!»18.
Muy cerca de Jesús encontramos siempre a su Madre. A Ella acudimos al terminar nuestra oración, y le pedimos que haga firme y seguro el camino que nos lleva hasta su Hijo".



Y D. Luis de Moya nos dice:
"Con ocasión de la gran solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús me venía a la cabeza la primera meditación que prediqué después del accidente, a consecuencia del cual quedé tetrapléjico. Todavía estaba ingresado en la Clínica Universitaria de Navarra. Partía entonces en mi oración –ante muy pocas personas– de unas palabras de san Josemaría Escrivá, en su homilía "El Corazón de Cristo, Paz de los Cristianos". También ahora nos pueden servir:

Jesús en la Cruz, con el corazón traspasado de amor por los hombres, es una respuesta elocuente –sobran las palabras– a la pregunta por el valor de las cosas y de las personas. Valen tanto los hombres: su vida y su felicidad, que el mismo Hijo de Dios se entrega para redimirlos, para limpiarlos, para elevarlos. ¿Quién no amará un Corazón tan herido"?...


Foto testimonio del
Fusilamiento  del Sagrado Corazón
por los milicianos Año 1936. 
Como podéis ver una gran hazaña 
de unos pistoleros de la República, que muchos ignoran.

En 1919 se eligió este lugar para construir un enorme monumento en honor del Sagrado Corazón de Jesús. Fue una obra conjunta del arquitecto Carlos Maura Nadal y del escultor Aniceto Marinas. 
El monumento se edificó con las aportaciones de miles de españoles que colaboraron en la suscripción pública que se abrió con este motivo.
La imagen de Jesús (de 9 metros de altura) fue donada individualmente por Don Juan Mariano de Goyeneche (Conde de Guaqui).
El 30 de mayo de 1919 el rey Alfonso XIII lo inauguró solemnemente tras efectuar la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús.

Al recordar hoy esa imagen del fusilamiento da la impresión, 
de que, en los tiempos que corremos, harían lo mismo con el  
VALLE DE LOS CAÍDOS, 
si nos callásemos y nos dejamos llevar por el ambiente
 y por lo políticamente correcto, como quieren algunos.
Dicen los historiadores, 
de que el ideario de algunos partidos, es el mismo, 
que llevó a los milicianos, a fusilar
 la IMAGEN Corazón de Jesús y destruir su monumento. 

Y dicen tambien, que el recordar estos errores es bueno
 para no volverlos a cometer.

Nota:
Más abajo está el enlace de este comentario:

En el verano de 1936, milicianos republicanos fusilaron la imagen de Jesús y dinamitaron el monumento reduciéndolo a ruinas. Después de la Guerra Civil, el Gobierno franquista dio orden de construir un nuevo monumento, réplica del anterior, que comenzó a edificarse en 1944 según el proyecto de los arquitectos Pedro Muguruza y Luis Quijada Martínez. La imagen del Sagrado Corazón de Jesús y su pedestal fue nueva obra de Aniceto Marinas, junto con los grupos escultóricos de la base, obra de Fernando Cruz Solís. Este nuevo monumento fue inaugurado el 25 de Junio de 1965, por Francisco Franco y diez años más tarde se inauguraba también la cripta, obra no existente en el proyecto anterior.
El monumento muestra a Cristo,
 con los brazos abiertos, 
invitando a todos los hombres a ir hacia Él. 
Está rematado con la leyenda "Reino en España".
Lo que quedó del anterior monumento
 (la base y el arranque del pedestal) 
se conserva.

Nuevo monumento

Detalle del nuevo monumento

Imagen de CRISTO REY
del Nuevo Monumento

No quisiera que nadie se molestase, al considerar
 EL AMOR INFINITO QUE NOS TIENE EL SEÑOR, 
QUE NOS AMÓ HASTA EL EXTREMO DE DAR
 LA VIDA POR NOSOTROS, PARA SALVARNOS DEL PECADO  Y DARNOS PARTE EN SU REINO.
 POR ESO LE LLAMAMOS
 CON TODA RAZÓN
CRISTO REY.
Franja

jueves, 26 de junio de 2014

Mes del Sagrado Corazón de Jesús, día 27.

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

27 -CORAZÓN DE JESÚS,
 PAZ Y RECONCILIACIÓN NUESTRA, 
TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.


Meditación del Papa San Juan Pablo II 
sobre las Letanías del Sagrado Corazón

"Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
 ten piedad de nosotros"

1. Queridos hermanos y hermanas: Rezando con fe esta hermosa invocación de las letanías del Sagrado Corazón, un sentimiento de confianza y de seguridad se difunde en nuestro espíritu: Jesús es de verdad nuestra paz, nuestra suprema reconciliación.
Jesús es nuestra paz. Es bien conocido el significado bíblico del término "paz": indica, en síntesis, la suma de los bienes que Jesús, el Mesías, ha traído, a los hombres. Por esto, el don de la paz marca el inicio de su misión sobre la tierra, acompaña su desarrollo y constituye su coronamiento. "Paz" cantan los ángeles junto al pesebre del recién nacido "Príncipe de la Paz" (Lc. 2,14; Is 9,5). "Paz" es el deseo que brota del Corazón de Cristo, conmovido ante la miseria del hombre enfermo en el cuerpo (Lc. 8,48)o en el espíritu (Lc. 7,50). "Paz" es el saludo luminoso del Resucitado a sus discípulos (Lc. 24,36; Jn 20,19.26), que El, en el momento de dejar esta tierra, confía a la acción del Espíritu, manantial de "amor, alegría, paz" (Gal 5,22).

2.Jesús es, al mismo tiempo, nuestra reconciliación. Como consecuencia del pecado se produjo una profunda y misteriosa fractura entre Dios, el Creador, y el hombre, su creatura. Toda la historia de la salvación no es más que la narración admirable de las intervenciones de Dios en favor del hombre a fin de que éste, en la libertad y en el amor, vuelva a El; a fin de que a la situación de fractura suceda una situación de reconciliación y de amistad, de comunión y de paz.

En el Corazón de Cristo, lleno de amor hacia el Padre y hacia los hombres, sus hermanos, tuvo lugar la perfecta reconciliación entre el cielo y la tierra: Fuimos reconciliados con Dios - dice el Apóstol - por la muerte de su Hijo" (Rom 5,10).

Quien quiera hacer la experiencia de la reconciliación y de la paz, debe acoger la invitación del Señor y acudir a El (Mt 11,28). En su Corazón encontrará paz y descanso; allí, su duda se transformará en certidumbre; el ansia, en quietud; la tristeza, en gozo; la turbación, en serenidad. Allí encontrará alivio al dolor, valor para superar el miedo, generosidad para no rendirse al envilecimiento y para volver a tomar el camino de la esperanza.

3. El Corazón de la Madre es en todo semejante al Corazón del Hijo. También la Bienaventurada Vírgenes para la Iglesia una presencia de paz y de reconciliación: ¿ No es Ella quien, por medio del, ángel Gabriel, recibió el mayor mensaje de reconciliación y de paz que Dios haya jamás enviado al género humano (Lc. 1,26-38)?

María dio a luz a Aquel que es nuestra reconciliación; Ella estaba al pie de la cruz cuando, en la sangre del Hijo Dios reconcilió "con El todas las cosas" (Col 1,20); ahora, glorificada en el cielo, tiene - como recuerda una plegaria litúrgica - "un corazón lleno de misericordia hacia los pecadores, que, volviendo la mirado a su caridad materna, en Ella se refugian e imploran el perdón" de Dios (Misal Prefacio De Beata María Virgine).

Que María, Reina de la Paz, nos obtenga de Cristo el don mesiánico de la paz y la gracia de la reconciliación, plena y perenne, con Dios y con los hermanos. Por esto la imploramos.




miércoles, 25 de junio de 2014

SAN JOSEMARÍA, 26 de junio

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

SAN JOSEMARIA

EL DIA 26 DE JUNIO, SE CELEBRÁ SU FIESTA LITÚRGICA, DÍA DE SU MARCHA AL CIELO.

CADA DÍA VOY DESCUBRIENDO ENLACES DE COSAS Y DE NOTICIAS INTERESANTES, QUE PONGO EN EL BLOG PARROQUIAL, PARA QUE, LOS QUE VISITEN ESTE BLOG,  PUEDAN, SIN ESFUERZO, CONECTAR CON EL MENSAJE DE SU VIDA, PARA CONOCERLO MEJOR.

A MI POBRE MODO DE VER, ES UN TEMA APASIONANTE, Y TAMBIÉN EN ESTOS TIEMPOS,  PODER DESCUBRIR EL CAMINO, QUE DIOS PUEDE QUERER DE TI...Y DE MI. POR ESO ME PREGUNTO: ¿POR QUÉ NO EL OPUS DEI?.

SI LA GENTE CONOCIESE ESTE CAMINO, PODÍA SENTIRSE LLAMADO/A... A ÉL...? ¿POR QUÉ NO?

UNA BUENA MANERA DE DESCUBRIRLO, ES CONOCER AL QUE FUE CANONIZADO, A SAN JOSEMARÍA, PORQUE SE SANTIFICÓ VIVIENDO ESE ESPÍRITU Y  PORQUE LO ENSEÑÓ A VIVIR  A MILES DE SEGUIDORES...

¿NO CREES QUE ES RAZÓN SUFICIENTE PARA QUE TE PREGUNTES SIN COMPLEJOS NI PREJUICIOS, SI ESE NO PUEDE SER EL CAMINO PARA LLEVAR A TODOS LOS AMBIENTES LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA SANTIDAD, DICIÉNDOLE TU SI TAMBIEN AL SEÑOR?

SAN JOSEMARÍA.

Puedes ver en el enlace a continuación, 
La Historia de la Vida de San Josemaría contada para los niños. 
Te gustará. Franja

http://aprendemosencatequesis.blogspot.com.es/2014/06/recursos-catequesis-san-josemaria.html

¿NO PIENSAS QUE SI JOSEMARIA ESCRIVÁ  FUE CANONIZADO,  EN CIERTA MANERA  TAMBIÉN ESTÁ CANONIZADO SU CAMINO?  POR ESO TE PONGO EL ENLACE QUE HE ENCONTRADO, Y QUE TE PUEDE HACER CONOCER  AL FUNDADOR DEL OPUS DEI.

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SAN JOSEMARÍA

Enseñaba esta comunión espiritual:

Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre; con el espíritu y fervor de los Santos. 
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Repítela con frecuencia y aumentará tu amor  a la Sagrada Eucaristía. 
Franja.



Harás mucho bien a las almas, si lo pasas, para que otros lo conozcan y puedan pensar que están abiertos todos los caminos de la tierra para la santidad. No es para privilegiados. Franja.


Una tertulia con el Fundador del Opus Dei, San Josemaría en Valle Grande, obra corporativa del Opus Dei en Cañete- Perú...
ENLACE:
http://youtu.be/AcS5FcjNgR0



San Josemaría, el santo de lo ordinario

CANONIZACIÓN, 6 DE OCTUBRE DEL 2002
ENLACE



Yo asistí a la -Beatificación y Canonización de San Josemaría.
y os puedo decir que el haber conocido a un Santo canonizado, y hablado con él, me pone muy serio por el compromiso adquirido.
Por eso pido oraciones por mi, para que no le defraude. Franja.



Día 6 de octubre del 2002
en Roma.

Mes del Sagrado Corazón de Jesús, día 26.

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona


Meditación del Papa San Juan Pablo II 
sobre las Letanías del Sagrado Corazón

26 -CORAZÓN DE JESÚS 
VIDA Y RESURRECCIÓN NUESTRA,
 TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS.

"Cor Jesu, vita et resurrectio nostra, 
ten piedad de nosotros"

1. Esta invocación de las letanías del Sagrado Corazón.. fuerte y convencida como un acto de fe, encierra en una frase lapidaria todo el misterio de Cristo Redentor; nos recuerda las palabras dirigidas por Jesús a Marta, afligida por la muerte de su hermano Lázaro: "Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mi, aunque muera, vivirá" (Jn 11,25).
Jesús es la vida que brota eternamente de la divina fuente del Padre: "En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios .. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres(Jn1,1.4).
Jesús es vida en Sí mismo: "Como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en si mismo" (Jn 5,26). En el Último ser de Cristo, en su Corazón, la vida divina y la vida humana se unen armónicamente, en plena e inseparable unidad.
Pero Jesús es también vida para nosotros "Dar la vida" es el objetivo de la misión que El, Buen Pastor, recibió del Padre: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10,10).

2.Jesús es también la resurrección. Nada es tan radicalmente contrario a la santidad de Cristo - el Santo del Señor (L.c. 1,35; Me 1,24) - como el pecado; nada es tan opuesto a El, fuente de vida, como la muerte.
Un vinculo misterioso une pecado y muerte (Sb 2,24; Rm 5,12; 6,23; etc): ambas son realidades esencialmente contrarias al proyecto de Dios sobre el hombre, que no fue hecho para la muerte, sino para la vida. Ante todo expresión de muerte, el Corazón de Cristo se conmovió profundamente, y por amor al Padre y a los hombres, sus hermanos, hizo de su vida un "prodigioso duelo" contra la muerte (Misal Romano, Secuencia de Pascua): con una palabra restituyó la vida física a Lázaro, al hijo de la viuda de Naín, a la hijo de Jairo; con la fuerza de su amor misericordioso devolvió la vida espiritual a Zaqueo, a María Magdalena, a la adúltera y a cuantos supieron reconocer su presencia salvadora.

La Virgen está, con su corazón de Madre
en el cielo

3.Hermanos y hermanas: Nadie como María ha experimentado que el Corazón de Jesús es "vida y resurrección":
De El, vida, María recibió la vida de la gracia original y, en la escucha de su palabra y en la observación atenta de sus gestos salvíficos, pudo custodiarla y nutrirla.
Por El, resurrección, Ella fue asociada de modo singular a la victoria sobre la muerte: el misterio de su Asunción en cuerpo y alma al cielo es el consolador documento de que la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte se prolonga en los miembros de su Cuerpo Místico, y, como primero entre todos, en María, "miembro excelentísimo" de la Iglesia (Lumen Gentiurn, 53).

Glorificada en el cielo, la Virgen está, con su corazón de Madre, al servició de la redención obrada por Cristo. "Madre de la vida"., está cerca de toda mujer que da a luz un hijo, está al lado de todo fuente bautismal donde, por el agua y por el Espíritu (Jn 3,5) nacen los miembros de Cristo; "Salud de los enfermos", está donde la vida se consume afectada por el dolor y la enfermedad; "Madre de misericordia" Ella llama a quien ha caído bajo el peso de la culpa para que vuelva a las fuentes de la vida; "Refugio de pecadores" señala, a quienes se habían alejado de El, el camino que conduce a Cristo; "Virgen dolorosa" junto al Hijo que muere (Jn 19,25), Ella está donde la vida se apaga.

Invoquémosla con la Iglesia: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte".


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