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martes, 31 de marzo de 2015

Semana Santa. Miércoles Santo, 1 de abril 2015

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

Miércoles Santo, 16 de abril 2014




El miércoles santo Jesús no acudió al Templo.
Permaneció en Betania en una vigilia de oración. Todo lo que había de decir, lo ha dicho. La revelación de su identidad es clara. La denuncia del pecado también. Las posiciones de los importantes también están definidas.

Cristo les dice: "Sabéis que de aquí a dos días será la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado"(Mt). Hay presciencia en Jesús. Sabe lo que va suceder, sabe el día y la hora. No le será ahorrado el desconocimiento previo, o la esperanza de que el dolor va ser menor. Lo sabe todo. Es consciente de que los clavos van a atravesar su carne, sabe que su cuerpo va ser flagelado, escupido, deshonrado y, por fin, llegará una muerte cruel. Lo sabe, y no huye, porque esa afrenta va a ser convertida en un sacrificio en el que Él va a ser sacerdote y víctima. Va a pedir al Padre el perdón para todos, pero lo va a pedir pagando el precio de justicia de todos los pecados. Va ser un verdadero sacrificio expiatorio, como lo simbolizaba el animal que soltaban los sacerdotes que llevaba sobre sí los pecados del pueblo. 

Pero ahora no va ser un símbolo, sino una realidad. El peso de todos nuestros pecados va a caer sobre Él. Jesús va a ser el inocente que paga por los pecados de aquellos a quienes ama. De esta manera se manifiesta una misericordia que tiene en cuenta la justicia.

 

Ya había sido profetizado mucho sobre el siervo de Yavé que padecerá para librar al pueblo de sus pecados. Se cumplirá todo hasta el mínimo detalle. El amor no es sólo la satisfacción por el gozo con la persona amada. Es también querer tanto al otro -en este caso todos los hombres- que se busca librarlos de todo mal, se busca liberarlos de las garras del diablo, de las redes del pecado, de la muerte primera, y de la muerte segunda que es el infierno. Ese amor le lleva a no poder soportar que se pierda ninguno. Que todo el que quiera salvarse lo pueda hacer. Por eso no rechaza el sacrificio. Se puede decir que lo ama, aunque el corazón tiemble y la carne se resista. Pero la voluntad es firme. Y el miércoles santo es un día de oración intensa y sin descanso, rodeado del cariño de los suyos, aunque no todos, pues Judas le odia.



La reunión del sanedrín
Aquel día se reunieron las tres clases del sanedrín: los príncipes de los sacerdotes, los escribas, y los ancianos notables. Preside el Sumo sacerdote Caifás. No es una reunión oficial, pero están casi todos. Los acontecimientos del día anterior hacen que lo ya decidido se ponga por obra. Ya habían decidido matarle antes; pero nada han conseguido. Ahora les mueve la furia de hacerlo cuanto antes, pero con astucia, con una frialdad y un odio que encuentran su motor en el mismo Satanás. Son implacables "Entonces se reunieron los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo en el palacio del Sumo Sacerdote, llamado Caifás, y acordaron apoderarse con engaño de Jesús y hacerle morir. Pero decían: No sea en la fiesta, para que no se produzca alboroto entre el pueblo"(Mt). Las deliberaciones fueron duras. Hablan más los que más le odian, es decir, los que tienen una mayor pecado según las denuncias públicas y privadas de Jesús. No pueden esperar, pero no quieren alboroto. Saben que los partidarios de Jesús son muchos. Saben que en una situación de guerra civil, los romanos intervendrían y liberarían a Jesús, pues su conducta es intachable y nada enemigo de ellos. Por otra parte quieren comprometer a los romanos para que ellos sean responsables de la muerte de Cristo ante el pueblo. Deben calcular las cosas hasta el mínimo detalle. No pueden fallar. Alguno habla de Judas que ya ha entrado en tratos, pero poco saben de él.



La traición de Judas
"Se acercaba la fiesta de los Azimos, que se llama Pascua, y los príncipes de los sacerdotes y los escribas buscaban cómo acabar con él, pero temían al pueblo. Entró Satanás en Judas, llamado Iscariote, uno de los doce. Fue y habló con los príncipes de los sacerdotes y los magistrados sobre el modo de entregárselo"(Lc).



Satanás se aprovecha
Satanás sólo entra si se le deja entrar. Puede tentar y tienta como lo hizo con Jesús y lo hace con todos. Pero para entrar necesita una puerta abierta. Satanás es soberbio, pero es lucidamente inteligente. Conoce las debilidades de los hombres y las prueba. Odia a Dios, y sabe que el mayor daño que le puede hacer es destruir a los hombres. Conoce la debilidad de Judas, su amor por el dinero, y lo que el dinero lleva consigo. Ha seguido su comportamiento a lo largo de los tres años. Ha podido observar sus trampas. Y sobre todo su resentimiento por no entender el modo como Jesús lleva las cosas adelante. Judas no puede entender un amor tan grande que le lleve a la pobreza, a decir las verdades a los poderosos, contra las juiciosas políticas de los hábiles. Su vida de fraternidad es difícil con los demás, pues ellos han dejado todo para seguir a Jesús, y les ve decididos a hacer lo que les pida, por loco que parezca. Las peleas y los reproches no faltan. No en vano ellos no tienen tanta paciencia como Jesús, que siempre le disculpa y le apoya. La misma paciencia y el amor de Jesús le llenan de odio, pues son un reproche cuando él ya no quiere saber nada de ese reinado que no parece de este mundo.

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Judas se decide
Entonces Judas Iscariote "fue donde los príncipes de los sacerdotes, y dijo: ¿Qué me queréis dar a cambio de que os lo entregue? Ellos le ofrecieron treinta monedas de plata. Desde entonces buscaba una oportunidad para entregarlo"(Mt)
La verdad de Judas
El precio había sido profetizado. Es muy posible que ellos, o alguno de ellos, se acordase de la profecía con burla y cinismo. Es muy posible que, en su astucia, la utilizasen para acallar la conciencia de Judas diciéndole que si verdaderamente Jesús era el Mesías se aclararía todo, pues se manifestaría con poder. Era un engaño, pero cuando se peca, cualquier excusa puede servir de justificación. El hecho es que él era traidor de quien más le había querido, del Mesías, del Amigo, del Hijo de Dios Altísimo. Esa es la verdad de Judas. Estaba cometiendo el peor de los pecados con una lucidez que la compañía con Jesús agravaría por minutos.
Las treinta monedas de plata
La cantidad de treinta siclos de plata era también el precio del daño por un esclavo que hubiese sido muerto por un animal. Era el precio de un pequeño campo. Era el precio de un cordero pascual. Simbolizaba, sin quererlo, a Jesús que se entrega como un esclavo de amor, del cordero pascual que libera de la muerte a los primogénitos. Para Judas era sólo el símbolo del poder que alcanzaría cuando venciesen sus nuevos amigos frente al. Poco sabía cuál iba a ser la paga de los traidores, pues lo que es lucidez para la traición es oscuridad para el propio conocimiento.



Ignoran el juicio de Dios
Los reunidos en el Sanedrín se alegraron. Judas hierve de actividad. Se separan, preparando todo para el desenlace inminente, aunque un cierto temor de que Jesús se escapase de nuevo de sus manos les deja intranquilos, pues lo ha hecho muchas veces. Menos les intranquilizaba lo más importante: el juicio de Dios.
Regresar a: La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo"



Del libro de Enrique Monasterio:
"Relatos a la sombra de la Cruz"
30 monedas de plata. 
(del diario de Judas Iscariote)




Fui débil con Caifás. El Sumo Pontífice me habría pagado mucho más que estas 30 miserables monedas. Habría vaciado las arcas del Templo con tal de detener discretamente al Maestro sin provocar altercados. Pero yo no soy avaricioso, tengo mi dignidad: soy un buen judío y cumplo escrupulosamente la ley de Moisés.



Juan ha insinuado hace días que retiro de la bolsa algunos denarios para mi propio beneficio. Más le valdría al niño ése meterse en sus asuntos. ¿Qué quiere, que vivamos como las aves del cielo y nos dejemos vestir por Yahvé como los lirios? Esas alegorías del Maestro conmueven a sus seguidores, pero a mí me irritan porque demuestran hasta qué punto se mueve al margen de la realidad.



Si no fuese por Judas, el grupo de los 12 viviría así, como los gorriones. ¡Qué fácil les resulta a todos poner los ojos en blanco, abandonarse a la providencia de Dios, y dejar que yo administre las pocas monedas que nos dan. Para colmo, pretenden que dé parte del dinero a los pobres. Pues bien, eso es lo que hago: nadie más pobre que el pobre Judas.



Con Caifás fui generoso. Naturalmente que exigí una retribución económica. Alguien tiene que compensarme estos tres años perdidos, corriendo detrás de una quimera, de un falso mesías que cuenta parábolas a la plebe, cura enfermos a escondidas y se niega a tomar el poder cuando lo tiene al alcance de la mano.

30 monedas. ¿Para qué necesito 30 monedas? ¿Para comprar un camello? ¿Para hacerme una casa en Cafarnaum? Las quiero sólo para recuperar mi dignidad, para librar a Jesús de su propia locura. Dentro de poco, cuando comparezca ante el Sanedrín, lo despojarán de todos sus trucos; le hablarán en nombre de Yahvé y tendrá que decir la verdad.

30 monedas es muy poco para el enorme favor que he hecho al pueblo de Israel. Muy pronto Jesús habrá desaparecido de la memoria de los hombres y Judas será considerado un benefactor de la humanidad.

30 monedas. ¡Cómo pesan! Es terrible llevarlas encima. Fui generoso, fui débil, pero estas monedas me aplastan como si fueran todo el oro de Satanás.

Publicado por Enrique Monasterio 

http://pensarporlibre.blogspot.com.es/2008/03/30-monedas-de-plata.html

Confeccionado por Franja


lunes, 30 de marzo de 2015

Semana Santa. Martes Santo 31 de marzo 2015

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MARTES SANTO 2015
31 de marzo





María arroja un perfume sobre los pies de Jesús, 
luego los besa y seca con sus cabellos.

El principal suceso del Martes Santo fue el anuncio de la muerte del Señor.
*
Ese día se hallaba Jesús en casa de Simón, el leproso al que había curado milagrosamente.
*
Durante la cena una mujer hace su entrada en la casa, era María.
La mítica mujer arroja un perfume sobre los pies de Jesús, luego los besa y seca con sus cabellos.
*
Al ver esta escena, las personas de la casa se encolerizan con ella, diciendo que el perfume podría haber servido como mercancía para vender y beneficiar luego a los pobres.
*
Sin embargo, ante el asombro general, el Señor defiende a María diciendo: "Esto ha sido como una preparación para mi entierro".


toda la casa se llenó de su fragancia.

Del libro
Relatos a la sombra de la Cruz 
de Enrique Monasterio
De el diario de Caifás



Ha llegado el momento de acabar con el Galileo. Ayer vino a verme uno de sus discípulos, un tal Judas, que al parecer está dispuesto a entregárnoslo. Me dijo que durante un tiempo estuvo convencido de que Jesús era el Cristo, pero que había perdido la fe en él. Ahora piensa que el nazareno es sólo un charlatán.



Siempre me ha repugnado negociar con traidores, y Judas hiede, apesta a traición y a mentira. Soy el Sumo Sacerdote de Israel y no sé cómo pude aguantar tanta mezquindad. Le escuché un largo rato y contuve mis deseos de arrestarle a él por falsario antes incluso que a su maestro.



Judas Isacariote


No, Jesús no es un charlatán; quizá es algo peor. Llegan noticias de todo Israel que hablan de ciegos que recobran la vista, de leprosos curados, de espíritus malignos que se le someten. Dijeron incluso que en Naim un joven volvió a la vida por su palabra. No quise creérmelo, pero ahora la locura ha llegado a las puertas de Jerusalén. Ya sabéis: Lázaro. Todo el mundo habla de ese Lázaro de Betania, del poderoso Lázaro, del amigo de los pobres y de los ricos, del que murió y fue enterrado con gran solemnidad. Yo mismo vi su cadáver embalsamado en lo más hondo del sepulcro.

Cuando me hablaron de resurrección, he hecho lo único razonable: negarla. Lázaro está en la tumba. Tiene que estar allí, porque si de verdad hubiese vuelto a la vida, todos estaríamos perdidos y no quiero plantearme esa posibilidad.

Incluso Nicodemo parece contagiado por la locura de ese hombre. Ayer mismo me dijo que estuvo con él una noche y que nadie había hablado como Jesús. Propone que le escuchemos sin hacer juicios precipitados.

—Puede ser el Mesías —añadió—, el heredero del trono de David. Al fin y al cabo, un día tendrá que llegar. ¿Por qué no ahora?

Me irritó la estupidez del anciano. Creo que le grité:

—¡Porque no! Porque en Galilea no hay profetas; porque no cumple la ley; porque desprecia el sábado; porque subleva a la plebe contra sus autoridades; porque si lo reconociéramos como rey, los romanos nos aplastarían y destruirían el Templo, el culto, todo. Quizá es eso lo que pretende el galileo.

—¿Y si a pesar de todo es el que esperamos?

Era sólo una pregunta retórica. Nicodemo me miró con tristeza e hizo ademán de retirarse. Entonces yo añadí:

—Hace unos días tu amigo el nazareno contó una parábola de ésas que tanto le gustan. Hablaba de unos viñadores arrendatarios de una viña que matan al hijo del dueño para quedársela en propiedad. Había allí un buen grupo de escribas y doctores de la ley y, al terminar, les señaló con el dedo y les acusó de ser ellos como esos asesinos. Les amenazó con quitarles el Reino de Dios y entregarlo a otro pueblo que dé más fruto. ¡A otro pueblo! ¿Comprendes, Nicodemo? El supuesto Mesías de Israel pretende arrebatarnos nuestro patrimonio más valioso y regalarlo a los gentiles.



Acababa de salir Nicodemo cuando se presentaron algunos empleados del Templo para decirme que Lázaro vive y ha celebrado un banquete en Betania con la presencia del Galileo.

—Bien. Daremos treinta monedas al canalla de Judas para que nos entregue a su Mesías y poder juzgarlo según nuestra ley. De todas formas nadie debe saberlo. Negaré haber negociado con esa basura.

—¿Y Lázaro?

 Detenedlo también. Lo lapidaremos como a un ladrón vulgar. Así morirá dos veces y ya veréis como no se le ocurre resucitar sin permiso del Sumo Sacerdote.
Autor. Enrique Monasterio

domingo, 29 de marzo de 2015

Semana Santa LUNES SANTO, 30 de marzo 2015

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Semana Santa
LUNES SANTO

Jerusalén y Betania.

María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. – Juan 12:3.

En el primer siglo, en Jerusalén, capital del país de Israel, ciudad en donde se hallaba el templo de Dios, se reunieron las autoridades religiosas superiores: el sumo sacerdote, los principales sacerdotes y los ancianos. Ahí, en el palacio del sumo sacerdote, celebraron consejo “para prender con engaño a Jesús, y matarle” (Mateo 26:3-4). ¡Qué vergüenza! ¡Los que debían proclamar la gloria de Jesús querían darle muerte!

A algunos kilómetros de allí, en la aldea de Betania, se hallaban reunidos en una casa Jesús, sus discípulos y algunos amigos. Era un momento solemne, pues el Maestro tenía un difícil camino que recorrer y esas personas simpatizaban con él. “Le hicieron allí una cena” (Juan 12:2). Durante la comida María, hermana de Marta y Lázaro, se acercó a Jesús. Tenía un vaso de nardo puro, perfume cuyo precio equivalía al salario de un año de trabajo. Ella quebró el vaso y derramó el perfume sobre los pies de Jesús, como si estuviese ungiendo a un rey o embalsamando un cuerpo. La fragancia llenó la casa…

Los discípulos se indignaron, diciendo: “¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?” (Marcos 14:4). Podría haberse vendido por más de trescientos denarios, y dar el dinero a los pobres (v. 5). 

No, dijo el Señor, ella “se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura” (Marcos 14:8). María comprendió cuáles son las prioridades, a saber: primero, amar al Señor, adorarlo, y luego hacer el bien a los demás.








Luego de haber pasado la noche en Betania, Jesús vuelve a la cercana Jerusalén y se dirige al templo, pero lo encuentra convertido en un mercado, lleno de comerciantes dispuestos a hacer negocios entre ellos.
*
Viendo el fatídico espectáculo que tenía frente, Jesús se enfrenta a los vendedores y los echa del lugar, argumentando que era un lugar sagrado al que había que respetar; un lugar donde se iba a rendir culto.*
Son días propicios para la reflexión profunda, la Iglesia nos invita como en una "última llamada" a acercarnos al Sacramento de la Confesión con el fin de estar preparados para vivir la vigilia pascual y el gran acontecimiento de la Pascua.
*
El cristiano debidamente preparado estará en gracia de Dios para participar con toda la Iglesia del gran banquete de la Eucaristía en la Misa más importante del año.



sábado, 28 de marzo de 2015

SEMANA SANTA. Domingo de Ramos

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Día 40º. DOMINGO DE RAMOS (29 de marzo)



Texto del P. José Pedro Manglano Castellary

Es necesario dar Gloria a Dios. Los discípulos "trajeron la borrica y el pollino, y pusieron sobre ellos los mantos, y encima de ellos montó Jesús. La mayor parte de la gente desplegaban sus mantos por el camino, mientras que otros, cortando ramas de árboles, los extendían por la calzada. La multitud que le precedía y la que le seguía gritaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del señor! ¡Hosanna en las alturas!" (Mt 21, 7,9).

¡Cómo alaban a Dios! Alabar a una persona es decirle, ¡qué bien has hecho esto!; o qué buen amigo eres; o alguna otra afirmación por el estilo.

Alabar significa que se reconoce algo bueno como bueno; que se valora, y que se dice a quien lo ha hecho o a quien pertenece. Esto es un gozo para quien lo escucha y para quien lo dice (si lo dice sinceramente, y no para sacar algún beneficio).

Alabar a Dios es una obligación para toda criatura. Es bueno que alabes muchas veces a Dios: que le digas lo bueno que es, que agradezcas lo bien que ha hecho esto o aquello, la belleza del mundo, etc. Y que cuando reces el gloria, lo hagas con esta intención.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén
        Continúa hablándole a Dios con tus palabras
Después termina con la oración final.

No está de más el propósito y el consejo.

 La razón está en que muchos fieles se van a otras misas y no participan en la celebración principal del día, la de la bendición de los ramos. 
A los niños en especial les entra por los ojos, el ver a Jesús entrando triunfante en Jerusalén y a los pocos días aquella misma multitud, que le aclamaba hacía pocos días, va a gritar "crucifícalo" ante el gobernador Pilatos, en el día de Viernes Santo. Franja.




UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DE LA 
SEMANA SANTA 2015



Tenemos la suerte de saber, por el evangelio, lo que hizo Jesucristo cada uno de los días de esta semana. Aquí lo tienes. Es la semana más importante de todo el año. Con cada cosa que hizo y dijo, nos quiso enseñar. Habla con Él de eso.

El jueves, viernes y domingo hay Oficios;
 aunque el jueves y el viernes no es obligatoria la asistencia, ojalá puedas ir los tres días.


LUNES SANTO (30 de Marzo)


¿Qué hizo hoy Jesús? Jesús ha dormido en el pueblo de Betania, en la casa de Lázaro, Marta y María, sus mejores amigos. A media mañana sube andando a Jerusalén, que está a unos cuatro kilómetros. En el camino, como es la hora de comer tiene hambre. Se acerca a una frondosa higuera, llena de hojas, pero en la que no hay higos, entonces la secó por no tener frutos. Al llegar a Jerusalén, va al templo y lo encuentra lleno de comerciantes haciendo negocios y los echa a latigazos, pidiéndonos que tratemos con respeto a Dios y a las cosas de Dios. Por la tarde pasa por el monte de los olivos, donde estuvo haciendo un rato de oración, y vuelve a pie a Betania.

A lo mejor Dios tampoco encuentra en ti los frutos que Él esperaba. Pídele perdón. ¿Tratas con respeto a Dios y a sus cosas? ¿Cómo te comportas en Misa, en el Oratorio, o en la Iglesia? ¿Haces con cariño las genuflexiones? Cuando oyes blasfemias, ¿pides perdón a Dios interiormente?

Fíjate como Jesús dedicaba todos los días a hacer un rato de oración como tú ahora. No lo dejes ningún día, aunque sea unos pocos minutos.


MARTES SANTO (31 de Marzo)


Jesús vuelve a Jerusalén. Pasan por el lugar de la higuera maldecida. Al ver el templo, profetiza que será destruído. Los discípulos están tristes porque Jesús les anuncia que dentro de dos días le matarán. Los cristianos, como Él, hemos aprendido a cumplir siempre la voluntad de Dios Padre, por encima de todo. Por ejemplo, Juana de Arco, cuando estaba al frente de sus soldados franceses, en una gran batalla contra Inglaterra, Dios le anuncia que ese día será herida. Entonces una amiga suya le dice que no vaya a pelear. Y Juana le contesta en tono irónico: "sal tú y di a mis generales que Juana de Arco no luchará porque tiene miedo a ser herida". Y salió valerosamente al frente de sus soldados, y fue gravemente herida.

No tengamos miedo de aceptar la voluntad de Dios. ¡Señor, sí, Tú siempre quieres lo mejor para mí! Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero mientras quieras.



MIÉRCOLES SANTO (1 de Abril)



Jesús se queda en Betania. Simón, el leproso que había sido curado por Jesús, invita al Señor a comer en su casa, por lo agradecido que le estaba. Mientras están comiendo, entra en la casa una mujer del pueblo llamada María; rompe un frasco de perfume carísimo y lo echa a los pies del Señor. Los besa y los seca con sus cabellos. A Jesús le gustó ese detalle de cariño.

Es entonces cuando Judas busca a los jefes del pueblo judío y les dice: "¿Qué me dais si os lo entrego?". Ellos se alegraron y prometieron darle dinero.

¿Eres agradecido como Simón por las veces que a ti también te he curado de tus pecados? Cada vez, después de confesarte, dale gracias por haberte perdonado.

A Jesús le gustará que hoy tengas algún detalle de cariño con Él, como María. Piensa ahora uno concreto y regálaselo ya.



JUEVES SANTO (2 de Abril)



La última Cena. Por la mañana de¡ Jueves, Pedro y Juan se adelantan para preparar la cena en Jerusalén. A la tarde llegaron al Cenáculo. Allí Jesús lavó los pies uno a uno. Luego, sentados a la mesa celebra la primera Misa: les da a comer su Cuerpo y su Sangre y les ordena sacerdotes a los Apóstoles para que, en adelante, ellos celebren la Misa. Judas salió del Cenáculo antes, para entregarle. Jesús se despidió de su Madre y se fue al huerto de los Olivos. Allí sudó sangre, viendo lo que le esperaba. Los discípulos se durmieron. Llegó Judas con todos los de la sinagoga y le da un beso. Entonces, le cogieron preso y todos los Apóstoles huyeron. Lo llevan al Palacio de Caifás, el Sumo Sacerdote. Le interrogan durante toda la noche: no duerme nada.

Hazle tú hoy compañía al Señor, que está solo. Haz el propósito de no abandonarle nunca, y de visitarle con frecuencia en el sagrario.



VIERNES SANTO (3 de Abril)


Hoy muere. Al amanecer del viernes, le juzgan. Tiene sueño, frío, le han dado golpes. Deciden condenarle y lo llevan a Pilatos. Judas, desesperado, no supo volver con la Virgen y pedir perdón, y se ahorcó. Los judíos prefirieron a Barrabás. Pilatos se lava las manos y manda crucificar a Jesús. Antes, ordenó que le azotaran. La Virgen está delante mientras le abren la piel a pedazos con el látigo. Después, le colocan una corona de espinas y se burlan de Él. Jesús recorre Jerusalén con la Cruz. Al subir al Calvado se encuentra con su Madre. Simón le ayuda a llevar la Cruz. Alrededor de las doce del mediodía, le crucificaron. Nos dio a su Madre como Madre nuestra y hacia las tres se murió y entregó el espíritu al Padre. Para certificar la muerte, le traspasaron con una lanza. Por la noche, entre José de Arimatea y Nicodemo le desclavan, y dejan el Cuerpo en manos de su Madre. Son cerca de las siete cuando le entierran en el sepulcro.

¡Dame, Señor dolor de amor! Ojalá lleves en el bolsillo un crucifijo y lo beses con frecuencia.


SABADO SANTO (4 de Abril)


Jesús ha muerto. Todo el día de hoy, su Cuerpo reposa en el sepulcro, frío y sin vida. Ahora nos damos cuenta de lo que pesan nuestros pecados. Jesús ha muerto para redimirnos.

Estamos tristes. La Virgen María también está triste, pero contenta porque sabe que resucitará. Los Apóstoles van llegando a su lado, y Ella les consuela.

Pasa el día unido a la Virgen, y con Ella acompáñale a Jesús en el sepulcro. Haz el propósito de correr al regazo de la Virgen cuando te hayas separado de Él.


DOMINGO DE RESURRECCIÓN (5 de Abril)


En cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su Cuerpo. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia: ¡Ha resucitado! Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. Ahora entienden que Jesús es Dios. El desconsuelo que tenían, ayer, se transforma en una inmensa alegría. Y rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos. Y todos permanecen con la Virgen esperando el momento de volver a encontrarse con el Señor.

Desde entonces, todos los cristianos podemos tratar al Señor, que está Vivo. Hoy estamos muy contentos y es momento de darle constantemente gracias a Dios.

Como Pedro y Juan, tú también tienes que preocuparte de que tus amigos sepan que Jesús ha resucitado, y le traten. Pídele esa preocupación.


Texto del P. José Pedro Manglano Castellary

viernes, 27 de marzo de 2015

Domingo de Ramos, 2015

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Domingo de Ramos
Recibieron a Cristo mientras entraba a la ciudad
con palmas y ramos en muestra de que era el Mesias
Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net

Cuando llegaba a Jerusalén para celebrar la pascua, Jesús les pidió a sus discípulos traer un burrito y lo montó. Antes de entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes.

Los que iban delante y detrás de Jesús gritaban:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!"


Entró a la ciudad de Jerusalén, que era la ciudad más importante y la capital de su nación, y mucha gente, niños y adultos, lo acompañaron y recibieron como a un rey con palmas y ramos gritándole “hosanna” que significa “Viva”. La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”. Esta fue su entrada triunfal.

La muchedumbre que lo seguía estaba formada por hombres, mujeres y niños, cada uno con su nombre, su ocupación, sus cosas buenas y malas, y con el mismo interés de seguir a Jesús. Algunas de estas personas habían estado presentes en los milagros de Jesús y habían escuchado sus parábolas. Esto los llevó a alabarlo con palmas en las manos cuando entró en Jerusalén.

Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su pasión y muerte.

Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén.


¿Qué significado tiene esto en nuestras vidas?
Es una oportunidad para proclamar a Jesús como el rey y centro de nuestras vidas. Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que se entusiasmó por seguir a Cristo. Decir “que viva mi Cristo, que viva mi rey...” Es un día en el que le podemos decir a Cristo que nosotros también queremos seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por Él. Que queremos que sea el rey de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra patria y del mundo entero. Queremos que sea nuestro amigo en todos los momentos de nuestra vida.


Explicación de la Misa del Domingo de Ramos
La Misa se inicia con la procesión de las palmas. Nosotros recibimos las palmas y decimos o cantamos “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. El sacerdote bendice las palmas y dirige la procesión. Luego se comienza la Misa. Se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo.

Al terminar la Misa, nos llevamos las palmas benditas a nuestro hogar. Se acostumbra colocarlas detrás de las puertas en forma de cruz. Esto nos debe recordar que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar. Es importante no hacer de esta costumbre una superstición pensando que por tener nuestra palma, no van a entrar ladrones a nuestros hogares y que nos vamos a librar de la mala suerte.

Cardenal-bendice-las-palmas-y-pide-actuar-con-humildad

Oración para poner las palmas benditas en el hogar:

Bendice Señor nuestro hogar.
Que tu Hijo Jesús y la Virgen María reinen en él.
Por tu intercesión danos paz, amor y respeto,
para que respetándonos y amándonos
los sepamos honrar en nuestra vida familiar,
Sé tú, el Rey en nuestro hogar.
Amén.

Sugerencias para vivir la fiesta:
Hacer nuestras propias palmas
 y llevarlas a bendecir a la Iglesia.


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