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jueves, 26 de mayo de 2016

Día 29 de mayo Domingo del Corpus Christi. 2016

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona



El próximo DOMINGO, día 29 de Mayo
celebraremos la

SOLEMNIDAD DEL CORPUS CRHISTI,

EL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO.




Cristo Eucaristía


Un buen Cartel para el Día de Corpus


Recemos con frecuencia, en reparación de las blasfemias
 contra Cristo Jesús  y su Santísima Madre,
 por parte de aquellos desalmados, 
que se manifiestan contra la religión
 y no respetan nuestras creencias, ofendiéndonos 
en los más sagrado de nuestros quereres:

Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo, Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. 
Amén, Amén, Amén.



Día 29 de mayo, Domingo, 

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (9, 11b-17)
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar a la gente del Reino de Dios, y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde y los Doce se le acercaron a decirle:
- Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida; porque aquí estamos en descampado.
Él les contestó:
- Dadles vosotros de comer.
Ellos replicaron:
- No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.
Porque eran unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos:
- Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.
Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

Palabra del Señor




El Alimento para esa vida eterna

MEDITACIÓN
Considerábamos hace poco que Dios nos creó para una vida de relación íntima con las tres personas divinas. Esta vocación es lo verdaderamente propio del hombre, lo que tienen los hombres de peculiar y los caracteriza y eleva sobre el resto de la creación de este mundo. 
        Conducidos maternalmente por la Iglesia, al paso de las sucesivas celebraciones litúrgicas, vamos reflexionando sobre esta vida, que es sobrenatural, puesto que no está al alcance de nuestras fuerzas naturales. Sentimos insatisfacción por mucho que logremos de este mundo –nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti, diría Agustín de Hipona–, pero no vemos cómo lograr esa paz del espíritu, ese descanso en Dios que necesariamente anhelamos.
        Como ya recordábamos, san Juan comienza su Evangelio advirtiendo a sus lectores que el Verbo Eterno se hizo hombre y que los hombres que le acogen son hechos hijos de Dios. Esta filiación divina requiere, según explicó el Señor a Nicodemo, un nuevo nacimiento, no a la vida humana sino del Espíritu. El ideal de esta vida en Dios es de hecho, no pocas veces, contrario a un ideal solamente humano. Gran parte de la enseñanza de Jesucristo se centra precismente en establecer la diferencia entre bienaventurados; es decir, los que logran la vida eterna con Dios o bienaventuranza, y los que son felices sólo según este mundo.
        Después de haber predicado el Reino de Dios al que somos llamados los hombres, que no es de este mundo, Jesucristo, como primogénito de los hijos de Dios, muere en redención por los pecados de los hombres. Y al resucitar al tercer día como había anunciado, nos precede como hombre en la vida gloriosa e inmortal para la que Dios nos pensó.
 Una vida que actúa movida por el Espíritu Santo, según hemos considerado a menudo, y que es una permanente relación de cada uno con las Personas divinas de la Trinidad.
        Hoy deseamos recordarlo de modo expreso, no vayamos a acostumbrarnos a tan excelsa verdad. Y agradecemos la Eucaristía que Jesús prometió, como nos recuerda la liturgia de este día. Dios nos ama ofreciéndonos el alimento que mantiene y desarrolla la vida sobrenatural para la que nos ha elegido. Así se expresó el Señor ante cuantos le escuchaban cierto día en la sinagoga de Cafarnaún. Sólo con ese Alimento de su cuerpo sería posible vivir plenamente de acuerdo con nuestra dignidad:  Si alguno come de este pan vivirá eternamente.  Ese Pan, afirma, es mi carne para la vida del mundo.
        ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?, se preguntaban extrañados los judíos. Pero Jesús, sin entrar en explicaciones, no sólo reafirma lo que habían escuchado, sino que asegura que alimentarnos de su Cuerpo y Sangre es la única opción adecuada a nuestra condición: En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Sin la Eucaristía, aunque parezca que llevamos una existencia saludable y hasta muy dichosa en ocasiones, no sería, sin embargo, nuestra vida realmente plena, aquella para la que nos hizo Dios capaces, y a la que nos invita Cristo con su venida al mundo. Éste en su Evangelio, la noticia definitiva que nos debía trasmitir y por la que se hizo hombre: El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así, aquel que me come vivirá por mí.
        Las palabras de Jesús no admiten otra interpretación: alimentándonos de Él llevamos una vida divina. Una vida que se asemeja más a la del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que a la de las otras criaturas que vemos junto a nosotros en este mundo. Sin hacernos dioses, lo cual sería contradictorio, Dios nos ofrece su misma vida, y por eso somos relevantes para Él. Se comprende así la alegría de María, que se siente la más dichosa de las criaturas, pues el Creador puso los ojos en Ella. Queramos considerar y valorar adecuadamente el hecho de que merecemos la atención de Dios a toda hora. ¿Procuramos ser agradecidos, conscientes de que Dios está sienpre con nosotros, y más aún que a nuestro lado?: En El vivimos, nos movemos y existimos, afirma san Pablo.
        En la solemnidad del Corpus Christi celebramos además su presencia en el sacramento de la Eucaristía. Oculto en nuestros sagrarios se reserva como alimento de nuestra vida sobrenatural, como verdadera energía espiritual para el alma. Por ella –sin ella no– alcanzamos la vida abundante que Cristo nos ha ganado.
        Como niños que deben desarrollarse, deseamos alimentarnos con hambre de ese manjar celestial que nos diviniza y fortalece. Y con esa sencillez, que es propia  de los pequeños, insistimos sin miedo: 

"Yo quisiera Señor recibiros con aquella pureza, humildad y devoción, con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos."

De  D. Luis de Moya.

 

PROCESIONES Y CUSTODIAS

Custodia de Arfe de Toledo, 
la más hermosa del mundo.


Otra imagen de la Custodia
en su vitrina del Museo

Los orígenes de las custodias eucarísticas se remontan al siglo XIII que es cuando se instaura la fiesta del Corpus Christi. "A finales del siglo XIV y principios del XV tienen su desarrollo monumental tanto en las catedrales como en las procesiones para las que se usan", explica Portela.

En la obra de Arfe se pueden apreciar todos los elementos del estilo gótico en el que se inspira: arbotantes, pilares y columnas. Así, la vigilia permitió que..
"los dos millones de jóvenes" CON EL SANTO PADRE en la JMJ DE MADRID, pudieran contemplar -en medio de aquel vendaval-, y admirar "una obra de arte, única en el mundo, 
usada, como pensaron sus autores, para redescubrir el valor del arte en la liturgia".


Un manto de pétalos
Alfombra de flores en Puenteareas.


Custodia de nuestros pueblos, 
fruto del  gran amor de los fieles


Custodia de Arfe, dispuesta 
para salir en Procesión.


Una procesión, como la mayor parte de nuestros pueblos


Procesión adornada 
con los niños de Primera Comunión.



Toledo


La Banda de música, que no debe faltar 
en la Procesión del Corpus Christi
de todos los pueblos.



"Cantemos al amor de los amores" 

Espero que os haya gustado.

Franja. 2016

lunes, 16 de mayo de 2016

La Santísima Trinidad, .22 de mayo 2016

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

Solemnidad de la Santísima Trinidad.


enlace:
Domingo después de Pentecostés
"Un sólo Dios, un solo Señor"
Canto recomendado.

enlace:
El dogma fundamental, del que todo fluye y al que todo en el cristianismo viene a parar es el de la Santísima Trinidad. De ahí que, después de haber recordado uno tras otro en el curso del Cielo a Dios Padre, Creador del cielo y de la tierra, al Hijo, autor de la Redención, y a Dios Espíritu Santo, autor de nuestra santificación, la Iglesia nos invita hoy a la consideración y rendida adoración del gran misterio que nos hace reconocer y adorar en Dios la unidad de naturaleza en la trinidad de personas.


"Apenas hemos celebrado la venida del Espíritu Santo, cantamos la fiesta de la Santísima Trinidad en el Oficio del Domingo que sigue, escribía San Ruperto en el siglo XII, y este lugar está muy bien escogido, porque tan pronto como hubo bajado el Espíritu Santo, comenzó la predicación y la creencia; y, en el bautismo, la fe y confesión en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo."


Afirmaciones del dogma de la Trinidad, se ven continuamente en la Liturgia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, así empieza y termina la Santa Misa y el Oficio divino, y se confieren los Sacramentos. Igualmente A los salmos sigue el Gloria Patri ...; los himnos tradicionales acaban con la doxología y las oraciones con una conclusión en honor a las

 Tres Divinas Personas.

La devoción a la Santísima Trinidad se inició en el siglo X,  y a partir de esta época se fue también difundiendo su fiesta litúrgica, entrando en el calendario romano en 1331. Si bien desde el comienzo del cristianismo la oración litúrgica se ha dirigido al Padre, por mediación del Hijo y en el Espíritu Santo, y el mismo Jesús habló de Dios como una comunión de amor y manifestó el misterio de las tres divinas personas, lo original de esta fiesta es el honrar específicamente a Dios sin tener como motivo un acontecimiento salvífico, ni la memoria de un santo. Se trata de "profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar su unidad todopoderosa".


La antigua iglesia hispánica, en los siglos V al VII, enseñó magníficamente la fe trinitaria, sobre todo en los concilios de Toledo, y de su liturgia procede el prefacio propio de esta solemnidad. Es consolador saber que nuestro Dios es "uno sólo, pero no solitario" (Concilio VI de Toledo, año 638), amor puro que sólo busca darse de forma creadora y llevarnos a participar en su unidad vital eterna.


En la Solemnidad de la Santísima Trinidad
 se celebra la
Jornada pro orántibus

¿Qué es la jormada pro orantibus?

La Iglesia dedica un día del calendario para fomentar el conocimiento y la oración por todos aquellos religiosos y religiosas dedicados a la vida consagrada contemplativa. Ésta es una vocación poco conocida y entendida en el mundo de hoy, tan aferrado a sus comodidades, su libertad de movimientos y su utilitarismo. 

¿Qué tenemos que hacer los católicos en el día Pro orantibus?



Orar a favor de los religiosos y religiosas de vida contemplativa, como expresión de reconocimiento, estima y gratitud por lo que representan ellos y ellas, y el rico patrimonio espiritual de sus institutos en la Iglesia.
La Vida consagrada, una gracia de Dios.

Las diversas formas de Vida Consagrada son para todo el Pueblo de Dios una gracia con la que el Señor nos bendice a cada generación cristiana. Efectivamente, son visibles y palpables los espacios en los que el ardor misionero de una evangelización eclesial explícita, el trabajo educativo con niños y jóvenes, 
la solicitud caritativa hacia los pobres, los enfermos o los ancianos, llenan hermosas páginas de testimonio evangélico. Pero hay una presencia especial que por su peculiar índole,
 la Iglesia quiere subrayar de un modo particular: los monjes y monjas contemplativos.


Para todas las formas de Vida Consagrada tenemos ya una jornada mundial común el día 2 de febrero, pero para los contemplativos la Iglesia señala una fecha propia, celebrada –y no por casualidad– el domingo de la Santísima Trinidad: es la Jornada Pro Orantibus, la Jornada por aquellos que oran. Se trata de una cita discreta y silenciosa con cuantos discreta y  silenciosamente oran por toda la Iglesia y la Humanidad.

Nuestras
 DOMINICAS DE BAIONA


Monasterio de las M.M. Dominicas de Baiona
Los monasterios de dominicas españolas están agrupados en tres federaciones que se corresponden con las tres provincias españolas de la Orden: Federación de Santo Domingo (provincia de España), Federación de la Inmaculada Concepción (provincia de Aragón) y Federación de Nuestra Señora del Rosario (Provincia Bética).
***
La Federación de Santo Domingo consta de 34 monasterios, situados en: Ajofrín (Toledo), Alcalá de Henares (Madrid),
-Bayona (Pontevedra)-
Caleruega (Burgos),Cangas de Narcea (Asturias), Casalarreina (LaRioja), Elorrio (Vizcaya), Lejona (Vizcaya), Lequeitio (Vizcaya), Lerma (Burgos), Loeches (Madrid), Madrid (2 monasterios), Mayorga (Valladolid), Medina del Campo (Valladolid), Ocaña (Toledo), Olmedo (Valladolid), Plasencia (Cáceres), Quejana (Alava), Salamanca, San Sebastián, Santiago de Compostela (La Coruña), Santillana del Mar (Cantabria), Segovia, Toledo (3 monasterios), Toro (Zamora), Trujillo (Cáceres), Tudela (Navarra), Valladolid (3 monasterios), Vitoria, Vivero (Lugo) y Zamora.

****

Entrada de la Iglesia Conventual de Baiona


Tenemos que rezar para que vengan muchas vocaciones de contemplativas a nuestros conventos. En Baiona hay plazas vacantes,
 y admiten solicitudes para hacer experiencia vocacional. Solo hace falta dejarse guiar por el Espíritu Santo, que está llamando actualmente pero...
con tantos cascos en las orejas y ruido de botellón y salas de fiestas,    imposible escucharle.

¡Qué pena!
Recreación y ensayo de cantos como en las dominicas de Baiona

Tienen que poner a punto las voces,

 porque siempre hay que cantar bien para el Señor 
y cada día mejor


Las alabanzas al Señor, como nuestras Dominicas de Baiona 

"Jornada pro orántibus."
Pedir al Señor vocaciones.



Orando en la Iglesia Conventual de Baiona
Los jóvenes de Baiona y arciprestazgo 
con la Cruz de la J:M:J: en camino a Madrid.


Y ahora "Nada te turbe" de Santa Teresa de Jesús 
la Gran contemplativa



Compuesto por Marco Frisina
Franja

***

Notas Adicionales 
 Expresión artística y arquitectónica

El dogma de la Trinidad resplandeció también en nuestras iglesias. Nuestros padres gozaban viendo en la altura, anchura y largura admirablemente proporcionadas de esos edificios un símbolo de la Trinidad; lo mismo que en sus divisiones principales y en las secundarias: las tres entradas, las tres puertas, los tres ventanales y a menudo también las tres torres. Por doquier, hasta en los detalles ornamentales, el número tres repetido sin cesar obedece a una idea, a la fe en la Trinidad. También la iconografía cristiana tradujo de mil maneras este mismo pensamiento.


Hasta el siglo XII a Dios Padre se le representó por una mano, que sale de las nubes y bendice. En esa mano se significa la divina omnipotencia. En los siglos XIII y XIV se ve ya la cara y luego el busto del Padre, en el cual desde el siglo XV es representado como un venerable anciano vestido con ornamentos papales. Hasta el siglo XII Dios Hijo fue primero representado por una cruz, por un cordero o bien por un gallardo joven semejante al Apolo de los gentiles. Desde el siglo XII al XVI vemos ya representado a Cristo en la plenitud de la edad y con barba. A partir del siglo XIII lleva la cruz y también aparece en figura de cordero.



Al Espíritu Santo se le representó a lo primero por una paloma, cuyas alas extendidas tocaban a veces la boca del Padre y del Hijo, para demostrar cómo procede de entrambos. Ya desde el siglo XI aparece con la figura de un niñito, por idéntico motivo.  En el siglo XIII es un adolescente y en el siglo XV un hombre hecho y semejante al Padre y al Hijo, pero con una paloma sobre sí o en la mano, para distinguirle así de las otras dos divinas personas. Mas desde el siglo XVI la paloma torna a asumir el derecho exclusivo de representar al Espíritu Santo. Para representar a la Trinidad se adoptó la figura del triángulo.


 También el trébol sirvió para figurar el misterio de la Trinidad y lo mismo tres círculos enlazados con la palabra Unidad en el espacio central que queda libre por la intersección de los círculos.


***



El famoso Icono de la Santísima Trinidad,
 y el enlace de su explicación.

Franja:



"Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo".
"En el nombre del Padre y del Hijo
 y del Espiritu Santo".
amén.

Espero que os haya gustado esta representación
de la Santísima Trinidad.
Franja.






Padre Pío de Pietrelcina

¿Qué es el misterio de la Santísima Trinidad?

Así respondió el Padre Pío de Pietrelcina a esta pregunta:


"El padre, con sencillas palabras, comenzó a disipar las dudas: "Hija, ¿quién puede comprender y explicar los misterios de Dios? Se llaman misterios precisamente porque no pueden ser comprendidos por nuestra pequeña inteligencia.
Podemos formarnos alguna idea con ejemplos. ¿Has visto alguna vez preparar la masa para hacer el pan? ¿qué hace el panadero? Toma la harina, la levadura y el agua. Son tres elementos distintos: la harina no es la levadura ni el agua; la levadura no es la harina ni el agua y el agua no es la harina ni la levadura. Se mezclan los tres elementos y se forma una sola sustancia.


Por lo tanto, tres elementos distintos forman unidos una sola sustancia. Con esta masa se hacen tres panes que tienen la misma sustancia pero distintos en la forma el uno del otro. Eso es, tres panes distintos el uno del otro pero una única sustancia. Así se dice de Dios: Él es uno en la naturaleza, Trino en las personas iguales y distintas la una de la otra. El Padre no es el Hijo ni el Espíritu Santo; el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Son tres personas iguales pero distintas. Sin embargo, son un solo Dios porque única e idéntica es la naturaleza de Dios".


Oración a la Santísima Trinidad

Te adoro, Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas y un sólo Dios.

Me postro en el abismo de mi nada ante Tu divina majestad.

Creo firmemente y estoy dispuesto a dar la vida en testimonio de todo lo que nos ha revelado en la Sagrada Escritura y de los misterios que por medio de tu Iglesia nos has manifestado.

En Ti deposito mi confianza; y de tu mano, Dios mío, vida única, esperanza mía, deseo, espero y quiero recibir todos los bienes, espirituales o corporales, que pueda alcanzar en esta vida o en la otra. Desde hoy y para siempre te consagro mi cuerpo y mi alma, todas mis potencias, la memoria, el entendimiento, la voluntad y todos mis sentidos.

Te prometo no consentir jamás, en cuanto esté de mi parte, en que se infiera la más mínima ofensa a tu divina majestad.

Propongo firmemente dedicar toda mi existencia, mis facultades y energías, a tu servicio y gloria.

Estoy dispuesto a sobrellevar ludas las adversidades que tu mano paternal quiera imponerme para dar gusto a tu corazón.

Quisiera esforzarme con todo mi ser, para que todos sirvan, glorifiquen y amen a Dios su Creador.

Me gozo intensamente de tu eterna felicidad, y me siento jubiloso por tu gran gloria en el cielo y en la tierra.

Te doy infinitas gracias por los innumerables beneficios concedidos, a mi y al mundo entero, y por los que continuamente, día tras día, concede tu benigna providencia.

Amo tu infinita bondad por sí misma con todo el afecto de mi corazón y de mi alma: y desearía, si me fuera posible, amarte como te aman los ángeles y los justos, con cuyo amor uno el mío.

A Tu divina majestad, en unión de los méritos de la pasión, vida y muerte de Cristo, de la bienaventurada siempre Virgen y de todos los santos, ofrezco desde ahora para siempre todas mis obras, purificadas por la preciosísima sangre de nuestro Redentor Jesús.

Quiero participar, en lo posible, de las indulgencias obtenidas por medio de las oraciones y obras, y deseo aplicarlas como sufragio por las almas del purgatorio.

Quiero también ofrecer, en la medida de mis fuerzas satisfacción y penitencia por todos mis pecados.

Dios mío, siendo tú infinitamente digno de todo amor y servicio, por ser quien eres: me arrepiento de todo corazón de mis pecados, y los detesto más que todos los males, puesto que tanto te desagradan a ti. Dios mío, a quien amo sobre todas las cosas: te pido humildemente perdón, y hago firme propósito de nunca ofender a tu divina bondad. Amén



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