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domingo, 1 de marzo de 2015

SANTA MISA. LA IMPORTANCIA DE ASISTIR A LA SANTA MISA

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

En primer lugar tengo que decir que este artículo ha hecho mucho bien y por eso vuelvo a ponerlo en primera línea. Mas de 11.000 visitas. 
Puedes recomendarlo. Y hacer tu comentario si te parece. 
Franja

Te lo aseguro: Si lees con calma esta entrada del blog de este cura jubilado, te aseguro que comprenderás un poco mejor lo que es la SANTA MISA Además te ayudará a explicar a tus hijos, que se preparan para la Primera Comunión el valor de la Santa Misa, que renueva-actualiza- el Sacrificio de la Cruz. Franja

Dibujos e imágenes interesantes

COMPRENDER LA IMPORTANCIA 
DE ASISTIR A LA SANTA MISA
¿Para quien son estas líneas?

Posiblemente pertenezcas a una 
de estas tres categorías de personas:
a) Católico que ibas a Misa con tus padres cuando eras pequeño y un día, durante la adolescencia, dejaste de ir. Fue porque entraste en una crisis: era tiempo de dejar de ir sólo porque tus padres iban y no llegaste a entender por qué debías ir. Estas líneas son para ti.
b) Católico que nunca fuiste a Misa de modo constante. Quizá ni siquiera sabías de la obligación de asistir todos los domingos. Te parece hasta curioso o exagerado que la Iglesia pretenda esa práctica para todos. Estas líneas también son para ti.
c) Católico que va a Misa y, siguiendo el llamado del Papa, quiere ayudar a muchos a volver a sentir la necesidad de esta práctica tan esencial de la vida cristiana. Eres consciente que si cada católico consiguiera por año que un católico no practicante volviera a la práctica de los Sacramentos, conseguiríamos una verdadera revolución en la Iglesia. Estas líneas quieren aportarte algunas ideas que te ayuden en esta tarea.
Lee por favor el siguiente texto despacio, meditándolo. 
Los motivos básicos para ir a Misa
Sentando la base de que casi siempre el comenzar a faltar a Misa el domingo responde a una actitud caprichosa, a la que es muy difícil refutar -precisamente por su falta de racionalidad- aquí tienes unas consideraciones sobre el precepto dominical y la importancia de la Misa en tu vida

El Papa Benedicto XVI celebrando la Santa Misa

Está escrito para personas con fe.
1. Porque Dios es tu Creador y debes dedicarle un tiempo semanal a Él. 
Es la manifestación de vivir centrado en Dios y en la salvación: vivir el año centrado en la Pascua; la semana, en el domingo; el domingo, en la Misa. No importa cuánto te aburras, tu Creador ha dispuesto que un día de la semana sea para Él: "Acuérdate da santificar el día sábado. Los seis días de la semana trabajarás y harás todas tus labores. Mas el séptimo es sábado, consagrado al Señor tu Dios" (Exodo 20,8-10). Y parece que tiene derecho a tu obediencia. Faltar sería una desobediencia evidente y frontal (decirle a Dios "no te quiero dar mi tiempo"). Y más allá de la obediencia… Dios se lo merece.

2. Porque como miembro de la familia de Dios, debes rendir culto a Dios de acuerdo a tu naturaleza, junto a tus hermanos. 
Esto exige que el culto a Dios no sólo sea interior (en tu corazón) sino también exterior (que los demás vean tu fe) y comunitario (dar culto unido a tus hermanos). Es decir, que te reúnas con otros para adorar juntos a Dios. Más allá de tus gustos personales, asistes a Misa no por ti mismo (porque te guste) sino para mostrar tu reverencia al Omnipotente en comunión con los demás. Nuestra relación con Dios tiene una dimensión comunitaria. No basta rezar solo, tampoco en familia, hace falta hacerlo unidos a nuestros hermanos en la fe. En este sentido es un acto de comunión con nuestros hermanos en la fe: compartir lo más importante que tenemos: la Eucaristía, es decir, Cristo mismo. En este sentido, faltar a la Misa sería un desprecio a tus hermanos y una falta de unidad.

3. Porque tienes que obedecer a la Iglesia. 
No es cuestión de un capricho del Papa, sino de una necesidad. En el siglo IV, la Iglesia se vio obligada a imponer este precepto para garantizar a sus fieles el mínimo de vida eucarística que necesitan. Tú eres consciente de la importancia que la Sagrada Escritura da a la obediencia… (cfr. Adán y Eva, diluvio, Abraham, Saúl…). Desde esta perspectiva, faltar a Misa es una acto de rebeldía.

4. Porque si no fueras, cometerías un pecado mortal 
Y no creo que te quieras ir al infierno por esto. Como sabes, hay un precepto que obliga a los bautizados a asistir a Misa los domingos y fiestas de precepto. Es una obligación grave, de manera que su incumplimiento es una falta grave. No te olvides que un día te morirás y te encontrarás a ese Dios a quien ahora estás tentado de ignorar, para darle cuenta de tu vida.

5. Porque necesitas de la Eucaristía para vivir una vida realmente cristiana. 
Es una necesidad vital, de manera que sin la Eucaristía semanal, no te darían las fuerzas espirituales para vivir como un hijo de Dios. 

6. Porque sin la Eucaristía no tendrías acceso a la vida eterna. 
Jesús no dejó lugar a dudas: "Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre"; "en verdad os digo, si no coméis la carne del Hijo de Dios y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros"; "el que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna" (cfr. Juan 6,30-58)

7. Porque Jesús te invita a su mesa y sacrificio. 
Él lo mandó explícitamente a sus discípulos al instituir la Eucaristía: "Haced esto en memoria mía". Asistir a Misa no es más que cumplir este mandato del Señor. Y no es sólo una memoria histórica, es una memoria que lo hace presente. Jesús te invita y se te entrega. No responder, ser indiferente a su llamado, sería un desprecio bastante considerable.

8. Porque viviendo en una sociedad que, en muchos aspectos no es cristiana, la Misa es la primera manera de defender, robustecer y manifestar nuestra fe. 
Es necesaria para "proteger" tu espíritu del materialismo sofocante que nos rodea: que tu espíritu pueda al menos una vez a la semana "respirar" un aire espiritual. Además, es el primer testimonio cristiano: los demás necesitan tu ejemplo. ¿Te das cuenta qué testimonio de fe da a los que no creen, quien dice creer y muestra no valorar lo que cree?

9. Porque es mucho mejor ir que no ir. 
Puede parecer tonto, pero para quien aspira a lo mejor, bastaría sólo este motivo. Yo no creo que haya un plan más santo y santificante para el domingo.

Cuando Juan Pablo II era muy joven


La contradicción del católico no practicante. Y cómo se llega a serlo
Pocas cosas hay más inconsistentes que el llamado "católico no practicante". Es prácticamente una contradicción de términos. A veces, uno escucha a alguien decirlo de sí mismo, incluso hasta con cierto acento de orgullo, como si definiese su modo de ser católico con un calificativo normal, como si dijese un "católico hispanoparlante". Es decir, como si fuese una variedad normal de católico, una opción más, como si se pudiera ser un "buen católico" no practicante. 

El Papa Francisco celebrando la Santa Misa

Pero si lo piensas, en realidad es un término bastante negativo, que tiene poco de honroso para quien se lo auto-atribuye, ya que significa "un católico que no vive como católico", "un católico que no es un buen católico", "un católico que no parece católico", "un católico que no vive lo que cree" o "que piensa que no vale la pena vivir lo que cree", "cuya fe no es lo suficientemente grande como para vencer su pereza", "un católico que piensa que su fe no es tan importante como para vivirla"; "que piensa que da igual vivir que no vivir su fe", etc.
Un católico que vive como si no lo fuera, que permanece siendo católico sólo en el campo teórico, va perdiendo también la fe, su adhesión a la doctrina católica. Y estos es así, en primer lugar, porque la va olvidando. Es cada vez menos católico. Se cumple lo de San Agustín: "el que no vive como piensa, termina pensando como vive". Su relación con Dios llegará a reducirse a compromisos sociales (bautismos, bodas, primeras comuniones, confirmaciones, funerales…) y necesidades (salud, dinero, trabajo) que sean tan imperiosas como para hacerle acordar que Dios existe y que uno debe dirigirse a Él.
Un problema serio de dejar de ir a Misa, es que significa el comienzo de una religiosidad centrada en uno mismo, en la que lo que Dios manda deja de ser la regla, para ser reemplazado por lo que yo siento, pienso, me cae bien, etc. Una religiosidad frente al espejo. Uno ha dejado de ponerse frente a Dios para ponerse frente a sí mismo. Como consecuencia de abandonar esta cita semanal con lo sagrado, comienza un proceso de insensibilización espiritual: la espiritualidad se va secando, el terreno del alma se va volviendo cada vez más árido para las cosas de Dios, que cada día mueven menos, aburren más, etc. Pecados que antes preocupaban, dejan de preocupar, cada vez son más los días que no reza nada. El alma se va volviendo indiferente, pierde sensibilidad espiritual. Y esto sucede poco a poco. Quien deja de ir a Misa, al principio puede tener la impresión de que no ha pasado nada, de que todo sigue igual, pero no es así. Ha dejado de ser teocéntrico, de vivir centrado en la Eucaristía semanal. Ha desplazado a Dios del centro y esto se paga. Es como el pecador a quien puede parecer que su pecado no tiene consecuencias, pero tarde o temprano descubre que de Dios nadie se burla. 

Que sí tiene serias consecuencias dejar a Dios. 




La palabra Domingo viene de Dies Domini
Dia del Señor
Domingo sin Misa no es domingo.
Es día civil, o fin de semana.

En el camino para ser un católico no practicante, el punto central es el abandono de la Misa dominical. Nunca encontrarás un motivo positivo para dejar de ir a Misa, que sea virtuoso, es decir que provenga de algo valioso, que dé valor al acto de no ir, que demuestre que es mejor no ir que ir.
Lamentablemente, casi nadie ha dejado de ir a Misa por una decisión serenamente meditada, después de haber pensado y estudiado el asunto, racionalmente decidido que era mejor no ir. Es decir, casi nadie decide dejar de ir a Misa. Lo que pasa es que de hecho se deja de ir, sin saber bien porqué.
El error es bastante común: se deja de ir un domingo por dejadez y pereza, o porque le daba vergüenza confesarse; y como no se confesaba, no podía comulgar; y como no comulgaba se sentía mal en Misa; y como se sentía mal y le daba no sé qué no comulgar, dejó de ir. Y después otro domingo, y uno se acostumbra a no ir, casi sin darse cuenta, y al final algunos tratan de justificar el incumplimiento de este deber básico del cristiano. El argumento final y definitivo para tapar la boca de la madre que insiste para que vayas a Misa es "¡Déjame en paz, vieja!", lo que no parece un argumento muy convincente. No se quiere por nada del mundo que a uno le recuerden el tema… Es normal que muchos quieran no cumplir y olvidarse de que deberían…
Seriamente, ¿te has puesto a pensar qué es lo que Dios quiere que hagas? Si el domingo se te apareciera un ángel y le preguntaras ¿que hago, voy a Misa o me quedo viendo una película? ¿Qué piensas que te contestaría?
Está claro que el más interesado en que no vayas a Misa 
es el Demonio… De esto no cabe duda.

Motivos comúnmente aducidos para no ir a Misa

1. Pereza. 
"Prefiero quedarme durmiendo". En realidad los motivos que siguen son sólo excusas para cubrir este primero. No parece que sea un motivo muy racional, meritorio o valioso.

2. No tengo ganas/No lo siento. 
¿Desde cuándo tus ganas son ley que hay que obedecer? ¿Es que tus ganas son más importantes que la voluntad de Dios? Además a Misa no vas porque a ti te guste, sino para agradar a Dios. Se va a Misa a honrar a Dios y no a honrarte a ti. Y si te cuesta… ¿acaso Dios no merece ese sacrificio que incluso hace más valioso y meritorio el acto?

3. Me aburro. 
La acusación más frecuente contra la Misa es que es aburrida. Refleja bastante superficialidad, en cuanto que a Misa no vamos a divertirnos. Y es un problema personal, en cuanto que no parece que Dios sea aburrido -es la perfección absoluta-. Además si tanta gente va a Misa con gusto, algunos incluso todos los días, será que algo le ven que a ti se te escapa. La solución será descubrir qué tiene la Misa para que los cristianos la consideren tan importante.

4. Es siempre lo mismo. 
Si se tratara de una obra de teatro o de una película, estaría absolutamente de acuerdo contigo. Pero no es una representación teatral. Es algo vivo, que pasa ahora. No eres (al menos no deberías ser) un espectador. Eres partícipe. Imagináte que alguien dejara de asistir a un asado porque en los asados siempre pasa lo mismo… (perdón a la Santa Misa por la comparación).

5. Desinterés. 
Las cosas de Dios no me interesan. Si Dios te da igual, tienes un grave problema. Habrá que ver como solucionar la falta de apetencia de lo divino que te hace no apto para el cielo.

6. No tengo tiempo. 
No parece que lo que te pide Dios -1 de las 168 horas de la semana- sea una pretensión excesiva. En concreto, quien te creó, te mantiene en el ser y te da lo que te queda de vida -y sólo El sabe de cuánto se trata- se merece el 0,59% del tiempo que Él te da. Si no tienes tiempo para Dios, ¿para quién lo vas a tener?

7. Otros planes mejores. 
No parece que a Dios le interese competir con el fútbol, hockey, cine… No te olvides que el primer mandamiento es "amar a Dios sobre todas las cosas". Si tienes otros planes que te importan más que Dios, quizá el problema más que en el tercer mandamiento está antes en el primero.

8. Tengo dudas de fe. 
La fe es un don de Dios, con lo cual hay que pedirla. Alejarte de Dios dejando de ir a Misa, no parece el mejor método para resolver dudas de la fe e incrementarla. La frecuencia de sacramentos -confesión y comunión- es la más efectiva manera de aumentar la fe.

9. Estoy enfadado con Dios. 
"Hubo algo que pasó en mi vida (la muerte de un ser muy querido, un fracaso muy doloroso, una enfermedad o cualquier otra tragedia) que me hizo enfadarme con Dios: si Él me hace esto… ¿por qué yo voy a ir a Misa? Es la manera de mostrarle a Dios mi disconformidad con la forma de tratarme". Hay quienes dejan de ir a Misa como una manera de vengarse de Dios. Pero, en los momentos de dolor ¿no será mejor refugiarnos en Dios y buscar su fortaleza más que reaccionar como un chiquito caprichoso de tres años? Él sabe mas… Además, acusar de maltratarnos a quien más nos quiere y murió por nosotros … ¿no será demasiado? ¿No seré yo el que pierdo… alejándome de Dios?

10. "Hay gente que va y después se porta mal". 
"Yo no quiero ser como ellos", decís seguro de ti mismo. "Además, hay otros que no van, y son buenos". Es evidente que ir a Misa sólo no basta. Pero, no se puede mezclar la física nuclear con el dulce de leche, ya que las dos cosas no tienen nada que ver. En aquellos que van y después no son honestos, lo que es malo es ser deshonestos, no el hecho de ir a Misa, que sigue siendo algo bueno aunque ellos después se porten mal. Además, la causa de su supuesta deshonestidad no es el ir a Misa. Lo mismo se puede decir de los "buenos" que no van a Misa: su "bondad" no procede de su falta de Misa y tan "buenos" no serán si les falta una dimensión tan importante de bondad como la bondad misma, es decir Dios. Por otro lado, yo creo que nadie en el mundo se atrevería a decir que los que no van a Misa son mejores que los que van. Finalmente, esto no es un concurso de bondad, ni comparaciones, sino tratar de determinar cuán bueno es ir a Misa. Y claramente, el dejar la Misa no mejora a nadie, en todo caso lo empeora.

11. No me he confesado y entonces no puedo comulgar. 
No es necesario comulgar, ni hay ninguna obligación de hacerlo. No comulgar no es pecado; no ir a Misa, sí. Además el problema se solucionaría bastante fácilmente con una breve confesión…

12. Llevarle la contraria a mis padres. 
Ofender a Dios para hacer sufrir a tus padres no parece una actitud muy inteligente.

13. El cura me cae mal. 
Por mal que te caiga el cura, no vas a Misa para darle el gusto, ni para hacerle un favor. Él no gana ni pierde nada con tu asistencia o ausencia. El que gana o pierde, eres tú: tu amor a Dios. Además… estoy seguro de que la ciudad en que vives es lo suficientemente grande como para que puedas encontrar alguno que te caiga más simpático…


Un gráfico que lo explica precioso...
lo que es una iglesia

¿Cómo conseguir pasarlo bien en Misa?

1. El sistema básico consiste, primero, en ir a Misa: nunca nadie ha conseguido valorar la Misa a base de no ir.

2. El segundo punto consiste en tratar de vivir la Misa. Es decir, dejar de estar como una estatua y comenzar a estar atento, responder, rezar, cantar, evitar las distracciones, etc. Es decir, que "gozar" la Misa depende más de ti que de la Misa.

3. Estudiar. No se ha inventado otro sistema para aprender lo que uno no sabe. Para gozar la Misa hay que entenderla, para entenderla hay que saber qué es. Hay muchísimos libros y folletos que los encontrarás en cualquier librería. Y además, tienes los webs católicos como éste en Internet para informarte sin salir de casa.

4. Leer y meditar los textos de la Liturgia. Tiene una riqueza inagotable, de manera que nadie que medite las partes y oraciones de la Misa puede aburrirse. Es absolutamente imposible. No se encuentra un límite, de manera que siempre se les puede sacar nuevos sentidos, matices, dimensiones, etc. 

5. Prepararse. Hay oraciones lindísimas para preparar el corazón para tan importante encuentro con Dios.

Texto modificado y acortado del original escrito por el Pbro. Dr. Eduardo Volpacchio


PIDAMOS A LA SANTÍSIMA VIRGEN 
QUE POR INTERCESIÓN SUYA NOS CONCEDA
 LA GRACIA DEL AMOR Y PERSEVERANCIA 
A LA SANTA MISA.

Y no te olvides del Sacramento de la 
Confesión o Penitencia.

Buena explicación para los niños



Los fines del Sacrificio y por lo tanto también de la Misa. Franja

Milán - Coronación de la Virgen María - detalle de la antigua bandera del museo de Cappella Portinari Foto de archivo - 16348470


A través de María Mediadora, recibimos todas las gracias de Dios. Lo dicen los Santos. Franja.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

GRACIAS ES PRECIOSO Y ENRIQUECEDOR
Saludos desde Palencia (España)

Anónimo dijo...

Yo asisto dominicalmente a Misa y además cada vez que puedo en los días de semana... ¿sabe cuál es mi problema?
1) Algunas señoras mayores de edad que creen que la Iglesia es suya y no dejan que los jóvenes participen, ni siquiera dejan muchas veces que se acerque al celebrante.
2) Los sacristanes/as, gente amarga generalmente, a quienes nada les pesa tirar la puerta al fiel en la cara o tratarlos como si estuvieran en un plano inferior... en el Templo de Luren hay una mujer que no tiene reparo en decirte incluso "¿otra vez te quieres confesar?"
3) El sacerdote que casi nunca quiere (dice: "no tengo tiempo") de confesar, ni siquiera se toma la molestia a final de la misa para saludar a los fieles...
Si a mi como católico realmente me (y perdonen la palabra) revienta esta situación en mi diócesis... ¿qué le digo a un no creyente? o aquel que quiere volver y se encuentra con esto, es realmente triste.
Le he pedido audiencia al Obispo... y no hay respuesta ni siquiera para decir: "no tengo tiempo".

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado dijo...

Estimado amigo: Me alegro de que comentes el artículo sobre la Santa Misa. No me alegran las dificultades que pueda haber en algunas parroquias. En la nuestra somos tres sacerdotes los que confesamos todos los días, alrededor de la hora del culto, y siempre estamos a disposición, y me consta que en otras muchas parroquias pasa lo mismo. La Iglesia es de todos. Ni de las mayores solo, ni de los jóvenes solo. Todos pueden ayudar, si de antemano lo solicitan. Y de confesarte cuando quieras, eres no libre, sino libérrimo. Y si alguien se molesta, que se meta en sus asuntos, porque ese no le concierne a nadie más que a ti.
En lo del Obispo ya no me meto. Si eres un poco pillo, mira en Internet o pregunta su actividad a tu párroco y preséntate allí, que siempre tendrás ocasión de hablar personalmente con él. Los obispos de hoy son asequibles. La culpa pueden tenerla los secretarios, a los que se les sube a la cabeza algunas veces las atribuciones que les dan y quieren convertirse en madrecitas defensoras, para que no se disguste el prelado. Esto que te digo puede molestar a alguno. Lo siento, porque los Obispos tienen que estar asequibles y me parece que lo estarían más, si se les ayudase un poco, por parte de los que le rodean. No les pongan tantas trabas. Y si tienen que ir a comer a las 4 de la tarde... "Tu lo quisiste, fraile mostén, tu lo quisiste, tu te lo ten" Para eso han aceptado el Episcopado!!! Franja.

Anónimo dijo...

pero que articulo mas bueno como se nota que estan ahi algunos de los mejores sacerdotes del mundo. Un abrazo muy fuerte desde Valencia Nacho Yerro

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado dijo...

Qué alegría saber de D. Nacho Yerro. Si aquí hay sacerdotes de los que dices que son buenos, no te olvides de que has dejado en estas tierras tu granito de arena. Que Dios te bendiga y difundas nuestra página parroquial. Franja. Saludos de D. Maoisés

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado dijo...

Tengo que agradecer públicamente a D. Paco Pepe el interés que muestra por el blog de Baiona. El sabe que se confecciona con el único interés de hacer el bien a todos los lectores, que ya van siendo numerosos. Si del artículo presente algunos mejoran y crecen en el amor a la Santa Misa ya me doy por satisfecho y me anima a continuar. Pero en medio de todos D. Paco Pepe sabe dar unos empujones, que se agradecen mucho, porque entrar en su página supone la oportunidad de que te vean muchos miles como en el caso de hoy. Y desde luego, hay que convencerse de que al día de hoy no hay página que hable de la Iglesia defendiéndola de los predadores con tanta eficacia, que la Cigüeña de la Torre de Intereconomía. Franjaoli

http://www.intereconomia.com/blog/cigueena-torre/importancia-asistir-misa-20130409#comment-2179246

Anónimo dijo...

Gracias por el post.

Permítame hacer dos reflexiones:
1Hay celebraciones en que el sacerdote parece que esté cumpliendo con una obligación, igual que hacer la declaración de la renta o lavarse los dientes. ¡Así es tan difícil "vivir la misa"!

2 De acuerdo: la homilía no es lo principal de la misa. Pero en la medida en que es 'lo nuevo' en cada celebración nos despierta atención. Es donde debería ser más fácil encontrar apoyo para reflexiones, resoluciones, etc en la vida diaria. Ya sé que no se debe generalizar, pero ¿cuántos sacerdotes se preparan la homilía ? Es muy muy habitual (por desgracia) ver que empiezan a hablar de algo ligado a las lecturas y acaban divagando con lago que no tiene nada que ver (o yendo a los lugares comunes con frases bonitas requeteoidas o con críticas al aborto, homosexualidad o a las cosas que vemos en los medios día a día). De verdad, echo de menos homilías en las que se vea que el sacerdote quiere transmitir dos, tres o cuatro ideas claras. Echo de menos que si se va a acercar a algún tema de la sociedad no sea la educación religiosa/aborto/homosexualidad/críticas a la iglesia, ¿por qué no a la corrupción económico-política que nos ha impactado? ¿por qué no a la violencia doméstica? ¿por qué no al último daño a la creación que conocemos en nuestro entorno? ¿por qué no a cómo afrontar el curso que empieza o el verano o...? Es decir las homilías dejan, en general (muy general), bastante que desear y eso.... desapega de la misa.

Si alguien que tiene capacidad de influir en estos temas me lee, le pido que reflexione si no hay muchos casos así en España

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado dijo...

Estimado amigo: Yo creo que hoy los sacerdotes, en especial los mayores tratamos de llegar a la gente para que sean conscientes de la responsabilidad de ser cristianos. El Año de la Fe nos invita a profundizar más en nuestra fe y en la consecuencia de creer. Si se lleva a la familia, una pieza necesaria en nuestra sociedad desde "el principio" -el "ab initio", hay que hablar de la responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos y en especial en la relación de la familia con Dios, como consecuencia de hacer el "Plan de Dios". La asistencia a la Santa Misa es una ocasión, la más importante, para que la familia viva la fe como fuente de la vida cristiana, para que se santifique en el ambiente donde le toque o elija vivir, para lo cual debe contar con los medios necesarios para su crecimiento y que debe proporcionárselos -los que le correspondan- la sociedad, y en armonía con su condición cristiana. De ahí salen todos los objetivos que tendrán un orden de prioridad: La vida, la familia, el trabajo y otros, como cuidar el ambiente. ¿Acaso no mejorará el respeto en la vida familiar, si mejora la vida cristiana? ¿No estamos pagando las consecuencias de las leyes contra natura que nuestra sociedad ha decretado, sin contar en cómo se debe o cómo se puede hacer una sociedad más justa y respetuosa con los demás. ¿Está usted de acuerdo con los contenidos de una Educación para la ciudadanía que no distingue las diferencias del hombre y la mujer, ni siquiera por la diferencia biológica? ¿A dónde se caminó?. ¿No hay que regresar?
Hay que ir poco a poco. Por eso la gran tarea, en estos tiempos, del Papa Francisco, que alerta a los cristianos a no romper las relaciones con Dios, porque si no es así la cosa no va,-no funciona-, y podemos conviertir la Iglesia en una ONG.
Como puede ver hay materia para un tratado. Estoy de acuerdo de que los sacerdotes tienen una gran misión y responsabilidad a la hora de una homilía. Los seglares también están para ayudar al sacerdote a buscar los medios para llegar a una regeneración de cada cristiano. Hable con mucho cariño con el sacerdote que no responde, y en vez de generalizar ayude primero con su oración y después con su palabra. ¡Animo!, que también usted puede hacer mucho por este mundo que se está destruyendo a si mismo y no lo dudo de que lo hará, si arrinconamos a Dios de nuestras vidas. Franja

Luz dijo...

Es verdad hay sacerdotes que llegan a la gente y te dan unas palabras de aliento cuando las necesitas,y es de agradecer pero en cambio los hay también que se creen el Dios del Universo y lo digo por experiencia propia,pero por respeto a la mayoría que los hay con un gran corazón no voy a expresar nada más.No todas las homilías son iguales yo disfruto mucho en las que yo participo,la Presencia del Señor es amor,luz,paz,y esperanza,donde todo unidos podemos hacer las cosas mejor y sin despreciar a nadies.En todas las parroquias hay diferencias.Con la ayuda de Dios todo se puede.

Anónimo dijo...

Antes era de Misa diaria,pero ahora no puedo ir a Misa,lamentablemente, porque estoy operada de ambas caderas y tegno otro poblema de salud por el cual me han realizado estudios,no la paso bien y no podria estar sentada en las naves de la Iglesia ,imposible,una hora,! ni tambpoco me puedo arrodillar,porque tengo artrosis en las rodillas tambien,esa fue la cusa de las dos cirugias de caderas de las que aun estoy reponiendome.....camino pero recien ahora sin dolor...y pasó mas de un año de la segunda cirugia....si permanezco sentada una hora luego me cuesta caminar,quedo dura de el lado derecho porque ahi hice una complicacion......que me fue tratada un mes con laser y diferenciacion electronica,por un fisioterapeuta....me rehabilitaron muy bien en el Instituto especializado ,que me dijeron que es el mejor de Sudamerica,los japoneses donaron todos los aparatos,y camino sin problemas,pero sigl muy fiel al Señor que es mi Fuerza !!!!! Digo rosario a las 15 h, de la Misericordia,y loslunes rezo un Misterio a La Virgencita de Fatima,como ella lo pidio.....y todas lasnoches antes de dormir,alabo al señor como me enseñara mi querido parroco de la iglesia de Belen,carismática!!!! ahora enfermo.......y luego rezo un salmo. En momentos criticos rezo el Rosario y me siento viva !!!!! ya ven que pese a no asistir a nuestra sagrada Eucaristia por motivos explicados,sigo la religion con el mismo fervor !!!!!!!! Tengo un altarcito con la capillita del Señor de la Misericordia ,la Santisima Virgen y mis santos. Les escribo desde Uruguay.

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