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lunes, 28 de enero de 2013

Ángel de la Guarda

Blog católico de Santa María de
 Baiona la Real.
Una hermosa anécdota
 del Ángel de la Guarda, 
que ayuda al que le invoca con fe. 

Una chica fue a una fiesta y al final se quedó un poco más de lo que había planeado y tuvo que caminar sola de vuelta a su casa.

No tenía miedo porque era una ciudad pequeña y sólo vivía a algunas cuadras( calles) del lugar de la fiesta.

Mientras caminaba bajo los altos árboles, Diana pidió a Dios que la guardara de todo daño y peligro.

Cuando llegó a un callejón, que le hacía ahorrar tiempo para llegar a su casa, decidió tomar ese camino más corto.

A mitad del camino, vio a un hombre de pie al final del callejón, como si la estuviera esperando.

Ella se sintió intranquila y comenzó a orar, pidiendo a Dios que la protegiera.

Y un sentimiento de seguridad y tranquilidad la envolvió, porque ella sintió como si alguien caminara junto ella.

Cuando llegó al final del callejón, pasó por delante del hombre y pronto llegó segura a su casa.

Al día siguiente, leyó en el diario que una chica había sido violada en el mismo callejón, tan solo 20 minutos después de que ella había pasado por ahí. Conmocionada por la noticia de esta tragedia, y sabiendo que pudo haber sido ella, comenzó a llorar.

Dándole gracias a Dios por su ayuda y su seguridad, y por si podía ayudar a la joven víctima, decidió ir al cuartel  de la policía.

Ella sentía que podía reconocer al hombre, así que les contó su historia.

La policía le pregunto si estaría dispuesta a mirar a los hombres sospechosos, en el reconocimiento, por si podría identificar al hombre.

Ella accedió inmediatamente y señaló al hombre que había visto la noche anterior en el callejón.

Cuando al hombre se le dijo que había sido identificado, se desmoronó ante la presión y se declaró culpable.

El oficial le agradeció a Diana su valor y le preguntó si podían hacer algo por ella.

Entonces ella pidió, que si le podría hacer una pregunta al hombre. Diana tenía curiosidad por saber, por qué el hombre no la había atacado a ella.

Cuando el policía le preguntó al hombre, el respondió: 'Por que ella no iba sola, venía con dos hombres altos, uno a cada lado de ella.
Lector de esta anécdota: ¿Te admira?
  Parece increíble. Pero ...
Aunque no lo creas, nunca estás solo. 
Tienes un Ángel. Todos tenemos un Ángel. No solo los niños. En la Biblia se habla continuamente de los ángeles que nos protegen a los hombres y a los pueblos.
Desde niños tenemos un Ángel de la Guarda.
Ángel Santo, Ángel querido, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.

Siendo yo niño inocente, mi madre me repetía: Hijo, tú tienes un Ángel para hacerte compañía. 

En las borrascas del mundo me libra de los escollos, y ríe cuando yo río y llora cuando yo lloro.
Oh que bendita creencia, bendita quien me la dio. Bendiga Dios a mi madre, oh sí bendígala Dios.
Si te ha gustado pásalo, para que alguna jovencita lo lea y le haga pensar en la relación que probablemente no tiene con su ángel y que le iría mejor si tuviese más intimidad con él.       

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