Páginas especiales

lunes, 23 de enero de 2017

Motivos comúnmente aducidos para no ir a Misa

Blog católico de Javier Olivares-baionés jubilado-Baiona

Resultado de imagen de La Santa Misa

Motivos comúnmente aducidos para no ir a Misa

1. Pereza.
"Prefiero quedarme durmiendo". En realidad los motivos que siguen son sólo excusas para cubrir este primero. No parece que sea un motivo muy racional, meritorio o valioso.

2. No tengo ganas/No lo siento.
¿Desde cuándo tus ganas son ley que hay que obedecer? ¿Es que tus ganas son más importantes que la voluntad de Dios? Además a Misa no vas porque a ti te guste, sino para agradar a Dios. Se va a Misa a honrar a Dios y no a honrarte a ti. Y si te cuesta… ¿acaso Dios no merece ese sacrificio que incluso hace más valioso y meritorio el acto?

3. Me aburro.
La acusación más frecuente contra la Misa es que es aburrida. Refleja bastante superficialidad, en cuanto que a Misa no vamos a divertirnos. Y es un problema personal, en cuanto que no parece que Dios sea aburrido -es la perfección absoluta-. Además si tanta gente va a Misa con gusto, algunos incluso todos los días, será que algo le ven que a ti se te escapa. La solución será descubrir qué tiene la Misa para que los cristianos la consideren tan importante.

4. Es siempre lo mismo.
Si se tratara de una obra de teatro o de una película, estaría absolutamente de acuerdo contigo. Pero no es una representación teatral. Es algo vivo, que pasa ahora. No eres (al menos no deberías ser) un espectador. Eres partícipe. Imagináte que alguien dejara de asistir a un asado porque en los asados siempre pasa lo mismo… (perdón a la Santa Misa por la comparación).

5. Desinterés.
Las cosas de Dios no me interesan. Si Dios te da igual, tienes un grave problema. Habrá que ver como solucionar la falta de apetencia de lo divino que te hace no apto para el cielo.

6. No tengo tiempo.
No parece que lo que te pide Dios -1 de las 168 horas de la semana- sea una pretensión excesiva. En concreto, quien te creó, te mantiene en el ser y te da lo que te queda de vida -y sólo El sabe de cuánto se trata- se merece el 0,59% del tiempo que Él te da. Si no tienes tiempo para Dios, ¿para quién lo vas a tener?

7. Otros planes mejores.
No parece que a Dios le interese competir con el fútbol, hockey, cine… No te olvides que el primer mandamiento es "amar a Dios sobre todas las cosas". Si tienes otros planes que te importan más que Dios, quizá el problema más que en el tercer mandamiento está antes en el primero.

8. Tengo dudas de fe.
La fe es un don de Dios, con lo cual hay que pedirla. Alejarte de Dios dejando de ir a Misa, no parece el mejor método para resolver dudas de la fe e incrementarla. La frecuencia de sacramentos -confesión y comunión- es la más efectiva manera de aumentar la fe.

9. Estoy enfadado con Dios.
"Hubo algo que pasó en mi vida (la muerte de un ser muy querido, un fracaso muy doloroso, una enfermedad o cualquier otra tragedia) que me hizo enfadarme con Dios: si Él me hace esto… ¿por qué yo voy a ir a Misa? Es la manera de mostrarle a Dios mi disconformidad con la forma de tratarme". Hay quienes dejan de ir a Misa como una manera de vengarse de Dios. Pero, en los momentos de dolor ¿no será mejor refugiarnos en Dios y buscar su fortaleza más que reaccionar como un chiquito caprichoso de tres años? Él sabe mas… Además, acusar de maltratarnos a quien más nos quiere y murió por nosotros … ¿no será demasiado? ¿No seré yo el que pierdo… alejándome de Dios?

10. "Hay gente que va y después se porta mal".
"Yo no quiero ser como ellos", decís seguro de ti mismo. "Además, hay otros que no van, y son buenos". Es evidente que ir a Misa sólo no basta. Pero, no se puede mezclar la física nuclear con el dulce de leche, ya que las dos cosas no tienen nada que ver. En aquellos que van y después no son honestos, lo que es malo es ser deshonestos, no el hecho de ir a Misa, que sigue siendo algo bueno aunque ellos después se porten mal. Además, la causa de su supuesta deshonestidad no es el ir a Misa. Lo mismo se puede decir de los "buenos" que no van a Misa: su "bondad" no procede de su falta de Misa y tan "buenos" no serán si les falta una dimensión tan importante de bondad como la bondad misma, es decir Dios. Por otro lado, yo creo que nadie en el mundo se atrevería a decir que los que no van a Misa son mejores que los que van. Finalmente, esto no es un concurso de bondad, ni comparaciones, sino tratar de determinar cuán bueno es ir a Misa. Y claramente, el dejar la Misa no mejora a nadie, en todo caso lo empeora.

11. No me he confesado y entonces no puedo comulgar.
No es necesario comulgar, ni hay ninguna obligación de hacerlo. No comulgar no es pecado; no ir a Misa, sí. Además el problema se solucionaría bastante fácilmente con una breve confesión…

12. Llevarle la contraria a mis padres.
Ofender a Dios para hacer sufrir a tus padres no parece una actitud muy inteligente.

13. El cura me cae mal.
Por mal que te caiga el cura, no vas a Misa para darle el gusto, ni para hacerle un favor. Él no gana ni pierde nada con tu asistencia o ausencia. El que gana o pierde, eres tú: tu amor a Dios. Además… estoy seguro de que la ciudad en que vives es lo suficientemente grande como para que puedas encontrar alguno que te caiga más simpático…

No hay comentarios:

Quizás también le interes


Contemplar el Evangelio de hoy - homilías católicas del Evangelio del día
Contemplar el Evangelio de hoy - Suscríbase